Barranquilla es una ciudad que se siente «optimista» a diferencia de gran parte de Colombia, dice su alcalde, Jaime Pumarejo Heins, que destaca la baja incidencia actual de la pandemia y el desarrollo que esta urbe está presentando de cara a la celebración de eventos internacionales como el World Jurist Association, que acogerá en diciembre.
Pumarejo Heins se encuentra en Madrid donde ha asistido a la sesión inaugural de la Reunión Mundial de Juristas en la que se ha presentado a su ciudad como la próxima sede que acogerá este evento en el que se darán cita la élite de la abogacía y del ámbito de la judicatura.
En 2027, además, será la sede de los Juegos Panamericanos, una proyección que el alcalde ve posible gracias a «catorce años de gobiernos sólidos con los que ha logrado ser la ciudad que más ha reducido la pobreza y ha duplicado el crecimiento promedio del resto del país, y por eso ya nos miran con otros ojos en el resto del mundo».
«Barranquilla es una ciudad cosmopolita porque es la ciudad puerto de Colombia, por ahí ingresó la gran mayoría de los cambios que se hicieron en el país. Y nuestra gente es migrante de muchas partes del mundo, todos somos una mezcla de cultura que nos hace muy heterogéneos, y esa diversidad nos hace una ciudad única», afirma en una entrevista con EFE.
Una ciudad optimista y acogedora con los migrantes
Pumarejo Heins asegura que Barranquilla es hoy una ciudad «optimista, a diferencia de gran parte del país», un optimismo que se ha conseguido mediante una administración que tiene siempre al ciudadano en cuenta: «Escuchamos su voz y tratamos de resolver, no nos enredamos en líos políticos que nos dividen, sino que pensamos en un millón de personas que tienen que encontrar soluciones a sus problemas del día a día»
Entre esas personas, los migrantes, que desde los últimos dos años son mayoritariamente venezolanos.
«Tenemos registrados oficialmente 150.000 venezolanos en el área metropolitana, pero hay muchos más no registrados. Es una cifra que corresponde a un poco menos de 10% de nuestra población total. En un par de años se ha dado un flujo muy importante al que no estábamos acostumbrados», explica el alcalde.
Como datos importantes el regidor cita que más de 10% de los niños de los colegios públicos de Barranquilla son hijos de migrantes de Venezuela: «Y atendemos diariamente a miles de venezolanos en nuestro sistema médico que es gratuito».
«Lo hacemos con solidaridad, entendiendo que ellos están ahí y ya hacen parte de Barraquilla, que no se pueden ir, porque la alternativa del retorno a Venezuela supone un viacrucis y una afrenta a la dignidad humana. Nosotros hemos escogido abrirles los brazos y buscarles una solución», indica.
Pumarejo Heins destaca también la ayuda que supone el Estatuto de Protección temporal otorgado a los migrantes del país vecino por el Gobierno colombiano, que les permite trabajar con todas las garantías del Estado, «y ahora nuestra tarea es enseñarles y acompañarlos, para que no solo tengan los derechos que tiene cualquier colombiano, sino también los deberes».
Baja incidencia del covid-19 en Barranquilla
El alcalde también subraya la buena evolución de la pandemia en la ciudad – que registra 186.804 contagios y 5.231 fallecidos, según los últimos datos ofrecido por el consistorio-, frente al resto de Colombia, inmersa en un tercer pico con récords de muertes e infecciones y las UCI totalmente colapsadas.
Un situación favorable, dice, que se debe «al trabajo en equipo con las autoridades sanitarias, los equipos epidemiológicos y la gente».
«Las juntas de acción comunal de cada barrio, los ediles, con la comunidad, encontramos diálogos en común en los que se preservara la vida, pero también el empleo, entendiendo que ambas cosas son importantes para salir adelante», indica.
Además, la ciudad no ha tenido «ningún hecho que lamentar» durante las protestas que se desarrollan desde hace un par de meses en Colombia, «tampoco heridos de gravedad», dice Pumarejo Heins.
«Hemos podido disuadir a los jóvenes de que entren en choques violentos de manera consecutiva y hemos logrado que se escuche la voz del ciudadano», asegura.