Al menos 11 personas fueron asesinadas en 3 masacres reportadas por organismos de seguridad el lunes 7 de septiembre en diferentes puntos de Colombia, en medio de una de las peores arremetidas de grupos armados desde que se firmó la paz con la guerrilla FARC en 2016.
Los homicidios ocurrieron en los últimos tres días en los departamentos de Antioquia, Bolívar y Cesar.
En el primer hecho, cinco personas fueron asesinadas presuntamente por un grupo armado en un paraje del municipio de Zaragoza, Antioquia, informó en rueda de prensa el coronel Ever Gómez, comandante de policía regional.
También este lunes, tres hombres murieron en un ataque armado en el municipio de Simití, Bolívar. Las muertes ya están confirmadas, pero apenas están identificándolos, dijo a la AFP el servicio de prensa de la policía.
Miembros de comunidades aledañas denunciaron la presencia de grupos armados en la zona cercana donde fueron asesinados tres líderes sociales, de acuerdo con lo que señaló en Twitter la Agencia Prensa Rural.
En tanto, la policía dio cuenta de un ataque armado ocurrido el viernes en el municipio de Aguachica, César.
Una pareja de venezolanos falleció ese día y una tercera víctima murió el lunes a consecuencia de las heridas sufridas en la misma acción.
Expertos indican que Colombia presencia un nuevo ciclo de violencia que se evidencia en el repunte de masacres, cuando el país pensaba haber pasado la peor página del conflicto con el desarme de grupos paramilitares en 2006 y la firma de la paz con las FARC, diez años después.
Entre el 1 de enero y el 17 de agosto de este año, la ONU documentó 33 masacres en diferentes regiones, contra 36 en 2019, 29 en 2018 y 11 en 2017.
Desde entonces, autoridades han registrado al menos 12 matanzas adicionales.
El gobierno culpa a los grupos armados que se financian del narcotráfico de estos hechos violentos.
Aunque al acuerdo con las FARC redujo la violencia política, Colombia vive un conflicto que en casi seis décadas ha opuesto a agentes estatales, guerrillas, paramilitares y narcos, dejando más de nueve millones de víctimas, en su mayoría desplazados.