Ataques rusos, incluidos algunos con drones «suicidas», dejaron este lunes al menos ocho muertos en Ucrania -cuatro en la capital- y dañaron instalaciones eléctricas en varias regiones del país, una semana después de una ola de bombardeos masivos.
«Hoy, después del ataque [ruso] contra un edificio residencial de Kyiv, cuatro personas murieron», indicó el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en Telegram. «Entre [las personas fallecidas] hay una joven familia que esperaba un bebé», añadió.
Según el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, la mujer fallecida estaba embarazada de seis meses.
El primer ministro ucraniano, Denis Shmigal, había informado unas horas antes de «cinco ataques con drones» en Kyiv y otros «ataques con misiles» en Dnipropetrovsk (centro-este) y Sumi (noreste).
En esta región, los servicios de rescate informaron de cuatro muertos, según Shmigal.
Después de los bombardeos, «cientos de localidades» se quedaron sin electricidad, lamentó Shmigal, que precisó que los ataques alcanzaron las «infraestructuras energéticas» de tres regiones del país.
El Ejército ruso confirmó que había logrado sus objetivos y que «todas las instalaciones fueron alcanzadas», según palabras del ministro de Defensa ruso en Telegram. Las instalaciones a los que se refería el funcionario eran «de mando militar y de sistemas energéticos».
«El enemigo puede atacar nuestras ciudades, pero no logrará quebrarnos», afirmó Zelenski.
Ataques los lunes
Periodistas de AFP en Kyiv vieron drones sobrevolando un sector central de la capital y oficiales de la policía dispararon hacia ellos con armas automáticas.
«Estamos aquí desde hace quizá media hora y han caído cuatro drones», explicó uno de los policías, Iaroslav, aún nervioso. «Da un poco de miedo, pero es nuestro trabajo (…) Debemos hacerlo».
El nuevo alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, que empezó su mandato el lunes, pidió no tomar a las civiles como objetivo.
Los ataques ocurren una semana después de que Rusia lanzara un bombardeo con misiles que se extendió dos días y afectó a localidades en toda Ucrania, provocando cortes de electricidad y agua en todo el país.
Los bombardeos dejaron al menos 19 muertos y 105 heridos y desataron indignación a escala internacional.
«Parece que ahora nos atacan todos los lunes», dijo el taxista Sergiy Prijodko, mientras esperaba fuera de la estación central de trenes de Kyiv.
Los bombardeos de la semana pasada se efectuaron, según Putin, en represalia por la explosión que dañó el puente estratégico que une a Rusia con la península de Crimea, anexionada por Moscú.