Al menos 50 heridos dejó este sábado un ciclo de enfrentamientos violentos de ecoactivistas radicales contra la policía al oeste Francia. De los cuales, tres se encuentran en estado de gravedad, uno de ellos tras haber recibido un impacto en un ojo.
Los hechos se registraron en la población de Sainte-Soline, en contra de la construcción de embalses agrícolas.
Según datos de la Gendarmería francesa han contabilizado 16 agentes heridos según recoge la televisión BFMTV.
Diferentes agencias internacionales reportaron 11 detenidos durante los enfrentamientos.
El grupo que convocó la protesta fue el denominado Levantamiento de la Tierra, quienes notificaron la cantidad de heridos. Según declararon los manifestantes, los heridos de gravedad ya fueron atendidos.
Los ecoactivistas también denunciaron que la policía no permitió el paso de vehículos para los centros asistenciales.
Por su parte, las autoridades señalaron que los manifestantes usaron explosivos pirotécnicos, bolas de petanca, cócteles molotov y barras de hierro.
Durante la refriega también lanzaron objetos contra la policía. Luego del enfrentamiento los manifestantes regresaron a su lugar de acampada.
Heridos por manifestar contra la privatización del agua
El grupo Levantamientos de la Tierra está conformado por ecoactivistas que luchan contra algunas medidas del Gobierno en materia de medio ambiente. Han declarado en reiteradas oportunidades que se oponen a la privatización del agua.
Afirmaron que el embalse de Sainte Solines es el objetivo de una campaña de desobediencia civil. Esto, para «poner límites a la voracidad industrial que está secando la tierra» financiada además con fondos públicos.
El movimiento protesta contra los «cráteres gigantes», de unas diez hectáreas, que se rellenan perforando la capa freática y causan daños severos en el suelo según reporta Europa Press.
«Se han convertido en un símbolo de la inadaptación al cambio climático. Encarnan el mantenimiento a toda costa del riego excesivo y de un modelo agroindustrial que aplasta a los agricultores, destruye los entornos naturales y, en última instancia, amenaza a las poblaciones», indicaron.
Este sábado la protesta se concentró con el apoyo de 150 organizaciones francesas y el respaldo de activistas de otros países.