Varias explosiones se produjeron este miércoles en el aeropuerto de Adén cuando un avión que transportaba al nuevo gobierno de unidad llegó a la capital provisoria de Yemen, dejando al menos 26 muertos y más de 50 heridos.
Un corresponsal de la AFP corroboró que al menos dos explosiones se produjeron cuando el avión aterrizó y los funcionarios comenzaban a salir de su interior.
Fuentes médicas y gubernamentales indicaron a la AFP que hubo al menos 26 muertos y más de 50 heridos.
Ruidos de explosiones y disparos se escucharon antes de que saliera un espeso humo negro de un edificio del aeropuerto mientras caían escombros, lo que provocó pánico entre los presentes, según imágenes del canal de televisión saudita Al-Hadath.
«Estamos bien», tuiteó el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Ahmed ben Mubarak.
El portavoz del gobierno, Rajeh Badi, pidió por su parte una «investigación internacional de este acto delictivo».
Entre las víctimas hay civiles, guardias de seguridad y funcionarios locales, pero todos los miembros del gobierno «están bien», dijo a la AFP.
En este país pobre devastado por los conflictos, el nuevo gobierno yemení de unidad que reúne a ministros partidarios del poder y separatistas del sur fue formado el 18 de diciembre bajo el impulso de Arabia Saudita.
Estos dos bandos que se disputaban el poder en el sur continúan siendo aliados desde hace seis años contra los rebeldes hutíes, apoyados por Irán y que se apoderaron de una gran parte del norte del país, incluyendo la capital Saná.
El ministro de Información, Muammar al-Iryani, acusó en Twitter a los rebeldes hutíes de haber llevado a cabo este «ataque terrorista».
El primer ministro Main Said también se refirió a un «acto terrorista cobarde», pero sin mencionar a los hutíes. «Solo aumentará nuestra determinación de hacer nuestra tarea», tuiteó.
Los hutíes, como también los grupos yihadistas Al Qaeda y Estado Islámico, han llevado a cabo en el pasado ataques contra el gobierno yemení y sus partidarios.
El enviado de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, condenó las explosiones. «Este inaceptable acto de violencia es un trágico recordatorio de la importancia de volver a poner urgentemente a Yemen en el camino de la paz», dijo en Twitter.
En los últimos años estallaron profundas divisiones entre partidarios del gobierno y separatistas dentro del mismo campo antihutí. Una coalición militar liderada por Arabia Saudita interviene en Yemen desde 2015.
Para cerrar filas, Riad negoció un acuerdo para el reparto del poder en el sur e intentó durante más de un año formar un nuevo gobierno de unidad para mantener la unión de la coalición contra los hutíes con el objetivo de controlar Marib, el último bastión del gobierno en el norte.
La guerra en Yemen sumió a este país, el más pobre de la Península Arábiga, en la peor crisis humanitaria del mundo según la ONU, con una población al borde de la hambruna y amenazada por epidemias.
La formación del nuevo gobierno y su llegada a Adén se producen tres semanas antes de la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, quien es muy crítico con Arabia Saudita.
Al futuro anfitrión de la Casa Blanca no le han faltado críticas a Riad, en el contexto de las recurrentes controversias sobre las violaciones de derechos humanos en el reino y el desastre humanitario en Yemen.