Las autoridades de California acusaron este viernes a una mujer de asesinar hace 30 años a su hijo recién nacido y dejar su cuerpo tirado en una carretera del condado de Monterey, al norte del estado.
La acusada, Pamela Ferreyra, de 60 años, fue trasladada a la cárcel del condado de Monterey y se le impuso una fianza de un millón de dólares.
La sospechosa fue arrestada después de que el Departamento del Alguacil de Monterey vinculara su ADN con el del bebé, hallado sin vida el 3 diciembre de 1994.
El cuerpo del niño, de apenas unos días de nacido, fue hallado por un hombre que buscaba material de reciclaje dentro de una bolsa en una carretera de Las Lomas, una pequeña comunidad rural del citado condado.
En 1994, los investigadores pudieron determinar que el pequeño había nacido vivo y murió días después.
Las autoridades no dieron a conocer cuál fue la causa exacta de la muerte del bebé.
En una conferencia de prensa, el portavoz del Departamento del Alguacil de Monterey, Andy Rosas, dijo que el caso fue reabierto el año pasado y los avances en la tecnología de ADN ayudaron a encontrar a la sospechosa y presentarle la acusación.
«Si le preguntas a cualquier profesional de la ley, te dirá que el caso más difícil de investigar es cualquiera que involucra delitos contra niños», dijo Rosas.
El caso fue asignado al Grupo de Trabajo de Casos Sin Resolver de la Oficina del Fiscal de Distrito del condado de Monterey, que pudo realizar entrevistas de seguimiento y obtener las muestras de ADN.
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