Ucrania y la Corte Penal Internacional (CPI) firmaron un acuerdo para abrir una oficina que investigue los crímenes de guerra, anunció la institución, que la semana pasada emitió una orden de arresto contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
El fiscal general ucraniano Andriy Kostin dijo que el acuerdo para la creación de una oficina de la CPI en Ucrania era el «inicio de un nuevo capítulo» en la cooperación de Kyiv con la corte.
«Este es solo un inicio, un buen inicio», dijo Kostin, citado en un comunicado de la CPI.
«Estoy convencido de que no nos detendremos mientras que los autores de crímenes internacionales cometidos en Ucrania sean llevados ante la justicia, independientemente de su posición política o militar», añadió.
Kostin aplaudió también la decisión «histórica» de la CPI de emitir una orden de arresto contra Putin por la «deportación» de niños ucranianos.
El miércoles, el órgano legislativo de la corte denunció las «amenazas» de Moscú, después de que la justicia rusa anunciara la apertura de una investigación penal contra varios de sus jueces y su fiscal, Karim Khan.
El mismo día, el exmandatario ruso Dmitri Medvedev, actual número dos del Consejo de Seguridad ruso, amenazó a la CPI e invitó a sus magistrados a «mirar el cielo con atención».
El miércoles, Medvedev advirtió que la detención de Vladimir Putin por un país extranjero equivaldría a «declarar la guerra» a Moscú.
La CPI, creada en 2002 para juzgar los peores crímenes cometidos en el mundo, cuenta ya con siete oficinas nacionales, la mayoría en África.