El próximo fin del Título 42 en Estados Unidos provoca ciertas esperanzas y temores a migrantes varados en la frontera norte de México y mantiene escépticos a activistas, quienes denuncian que la persistencia de políticas restrictivas de ambos países viola los derechos humanos.
El Título 42 es una medida que adoptó Donald Trump (2017-2021) y después continuó el presidente Joe Biden para expulsar a migrantes con el argumento de la pandemia de la covid-19, declaración de emergencia que terminará el próximo jueves en Estados Unidos.
Tanto activistas como migrantes, instalados y detenidos, respectivamente, en la ciudad mexicana de Tijuana, ven con incertidumbre y temor la culminación de esta medida por parte del Gobierno de Estados Unidos, pues no saben realmente qué va a pasar con ello.
La comunidad migrante acusa a la desinformación por parte de las autoridades estadounidenses la situación en la que se encuentran, pues ni las organizaciones civiles saben qué va a suceder una vez que se termine, aunque los activistas temen un retroceso.
Panorama desolador para los migrantes, denuncian activistas
Alberto Chávez, coordinador cultural del albergue Espacio Migrante, dijo en entrevista con EFE que ellos perciben «un panorama desolador, lleno de desinformación y violaciones a los derechos humanos, pues sabemos que, más allá de que culmine el Título 42, lo que Estados Unidos siempre pretende es la disuasión de la migración y que la gente no continúe con estos procesos».
Resaltó que no saber qué va a pasar con los migrantes ha generado un estado de desesperación en ese grupo, lo cual va a llevar a que los flujos migratorios se incrementen, ya que en los últimos meses han percibido esos cambios.
«Incluso las personas están llegando antes de que termine el Título 42, precisamente derivado de la desinformación y el miedo que tienen sobre lo que va a pasar», apuntó.
El activista señaló que el problema que percibe es que más allá del fin de la medida, se está hablando de que inmediatamente se instauraría el Título 8, que por el conocimiento que tienen «va a ser más rígido a la hora de poder pensar en problemáticas de la comunidad migrante».
Las autoridades estadounidenses señalaron que bajo el Título 8, «las personas y familias que lleguen sin autorización pueden ser deportadas y los no ciudadanos pueden ser deportados a su país de origen».
Señaló que «será más una especie de sorteo pensar en las personas que sí necesitan este tipo de espacios para poder acceder al asilo y esto seguramente va a cerrar más puertas».
Esto va a llevar a la desesperación, dijo, «lo cual va a generar que las personas crucen de manera ilegal o regresen a sus países, lo cual significa la muerte para ellos. Al final, al contrario de agregar un plus a estos procesos, va a ser un retroceso».
Aplicación no fue solución
Valcir Jessy, representante de la comunidad haitiana en Tijuana, aseguró a EFE que uno de los problemas que han generado toda esta desinformación, miedo e incertidumbre, se debe a que la aplicación CBP One, con la que se tramitan las solicitudes de asilo, tuvo muchas fallas, no permitió la solicitud a muchas personas y no dio soluciones a la comunidad.
«Esperemos que levanten el Título 42 porque hemos visto con tristeza las repercusiones que ha tenido, ha propiciado que la comunidad migrante se vea envuelta en desesperación por no tener una respuesta y no poder presentarse en cualquier puerta de entrada de Estados Unidos para solicitar asilo», dijo.
La activista espera que el final de esta política permita que cualquier persona se pueda presentarse en las entradas migratorias para ingresar a Estados Unidos y solicitar asilo, que muchas familias han esperado durante varios meses.
Familias temerosas
Felipa Castro López, migrante originaria de Guerrero, compartió a EFE que a los migrantes que ocupan el albergue Juventud 2000 tienen temor «porque no sabemos qué es lo que vaya a pasar con nosotros, estamos esperando la fecha porque ese día también terminan las citas».
Castro López salió de su pueblo en el sur de México luego de que presentara una denuncia en contra de sus agresores, pues las mismas autoridades le recomendaron salir hacia Tijuana y refugiarse en un albergue, donde le dirían como cruzar a Estados Unidos mediante el asilo.
Sin embargo, a su llegada se encontró con otra realidad; «yo no conocía la aplicación (CBP One), no sabía nada y todo el tiempo que intentamos no logramos la cita», dijo la mujer, quien viaja con sus cuatro hijos pequeños.
«Nos gustaría que se quitara y que vinieran los abogados como lo estaban haciendo antes, eso sería mejor y menos estresante para todos», apuntó.
La región afronta un inédito flujo migratorio en la región, con más de 2,76 millones de indocumentados interceptados por Estados Unidos en la frontera con México en el año fiscal 2022.
México ha registrado también un incremento anual de más del 43 % en el número de «personas en situación irregular en México» en 2022, cuando detectó 444.439.
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