Un grupo de activistas organizó este sábado una protesta para exigir a las autoridades de Nueva York el cierre de un albergue temporal creado para alojar a inmigrantes y solicitantes de asilo llegados recientemente a la ciudad, sobre todo venezolanos, y pedir que se les devuelva a hoteles de Manhattan donde se les instaló en un primer momento.
La manifestación tuvo lugar en la terminal de cruceros de Brooklyn en la que se creó ese centro temporal que servirá durante varios meses de albergue para unos 1.000 hombres solteros y que fue motivo de quejas por parte de los inmigrantes, que denuncian su lejanía, el frío y los pocos baños de la instalación, entre otros problemas.
La semana pasada la Policía de Nueva York desmanteló un «campamento» de inmigrantes, casi todos venezolanos, que durante tres días protestaron durmiendo en la acera del hotel que les servía de albergue y del que fueron desalojados para ser reubicados en ese nuevo refugio.
Los convocantes de la protestas de este sábado denunciaron que esa instalación de Brooklyn es similar a «un centro de detención al estilo de la frontera entre Estados Unidos y México», donde los solicitantes de asilo están «aislados» y ello facilita que terminen en manos de los servicios de inmigración y puedan ser deportados.
«Esto es una traición a todo lo progresista que representa Nueva York, especialmente como una ciudad construida por inmigrantes y una ciudad santuario», señalaron en una nota, en la que exigieron que se permita a los refugiados volver a los hoteles de Manhattan, la zona más céntrica de la ciudad.
Los activistas criticaron con dureza al alcalde neoyorquino, Eric Adams, por su decisión de instalar a cientos de hombres en esa terminal de cruceros.
Adams, por su parte, visitó este sábado un centro donde se distribuye comida y ropa a inmigrantes y animó a los ciudadanos de la ciudad a dedicar tiempo como voluntarios a apoyar a los recién llegados.
«La crisis de los solicitantes de asilo es un problema nacional que requiere una solución nacional. Los neoyorquinos estamos haciendo nuestra parte», señaló Adams a través de Twitter después de la visita.
De acuerdo con el alcalde, más de 44.000 inmigrantes, en su mayoría venezolanos, han llegado a Nueva York en los últimos 10 meses, abarrotando los albergues públicos, por lo que la ciudad tuvo que recurrir a crear varios centros temporales de acogida y a alquilar habitaciones en hoteles para brindarles refugio, además de comidas y servicios legales, entre otra ayuda.
Este flujo incesante de adultos y niños, a los que una ley obliga a darles cobijo, y que esperan lograr asilo en el país, ha causado una crisis humanitaria y económica que llevó a Adams a declarar el estado de emergencia y pedir ayuda urgente al Gobierno federal y estatal.
Algunas personas están optando por dejar Nueva York por otros destinos, incluido Canadá, hacia donde ha aumentado el flujo en los últimos días, apoyados por la Administración municipal, que facilita el viaje a todos los que quieran dejar la ciudad.