Las autoridades colombianas anunciaron este domingo la activación de un plan para prevenir posibles actos de violencia durante las protestas convocadas para el próximo 20 de julio en varias ciudades del país. Estas coincidirán con la instalación en Bogotá del nuevo periodo legislativo del Congreso.
«No permitiremos ni bloqueos, ni violencia, ni campamentos permanentes. No vamos a permitir actos que afecten la tranquilidad de los colombianos», manifestó el ministro de Defensa, Diego Molano, sobre la jornada en la que también se celebra en Colombia el Día de la Independencia.
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Para ello se dispondrán 9.572 agentes de la fuerza pública en Bogotá y los municipios cercanos. Su función será la de controlar el orden público en la capital del país.
Intensiones de la guerrilla colombiana
El Ministerio de Defensa advirtió además que «existe un interés especial en grupos armados ilegales como (la guerrilla del) ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC, en financiar hechos vandálicos durante la jornada de celebración de la independencia».
El Comité Nacional de Paro, principal convocante de las manifestaciones que vivió Colombia desde el 28 de abril y se extendieron durante dos meses, anunció que retomará las movilizaciones el próximo martes. Según indicó, el objeto es «exigir del gobierno nacional y de sus mayorías en el Congreso una respuesta a la grave crisis humanitaria, social, económica y política que estamos atravesando».
El 20 de julio también se espera que llegue a Bogotá, desde diferentes ciudades del país, una «avanzada nacional» de las denominadas «primeras líneas» de las protestas, así como una delegación indígena.
Medidas de prevención para las protestas en Colombia
Las protestas, que inicialmente fueron convocadas para rechazar una reforma tributaria del gobierno del presidente Iván Duque, derivaron en una de las peores crisis recientes del país. Pese a que la mayoría transcurrió de forma pacífica, en ciudades como Bogotá y Cali estuvieron marcadas por la violencia.
Por esa razón, las autoridades de las principales regiones del país advirtieron esta semana que garantizarán las protestas pacíficas del 20 de julio. Sin embargo, no permitirán actos de vandalismo.
La Gobernación del Valle del Cauca (suroeste), autorizó el cierre de fronteras en el departamento hasta el 22 de julio. Esto «con el propósito de disminuir la velocidad de contagio del covid-19, garantizar la convivencia pacífica y evitar el riesgo de alteración del orden público». En esta entidad ocurrieron la mayor cantidad de hechos violentos,
«Tenemos que respetar a quienes vayan a hacer una protesta social, una protesta pacífica. Sin embargo, también tenemos que responder al clamor de muchos vallecaucanos que están esperando que el 20 de julio sea un día tranquilo», aseguró la gobernadora, Clara Luz Roldán.
Por su parte, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, aseguró ayer que «hay una coordinación interinstitucional para evitar y prevenir actos de violencia y vandalismo». Resaltó que «no son las vías de hecho con las que se logran los resultados para los propósitos sociales que compartimos».
«Bogotá será la capital del diálogo y la concertación. Estamos coordinados para mitigar, contener y judicializar cualquier intento de infiltración a la legítima movilización pacífica», dijo López.
Las manifestaciones, que en las últimas semanas han perdido intensidad hasta reducirse y casi desaparecer. Además, según organizaciones de derechos humanos, estas dejan unas 74 víctimas mortales, al menos 20 de ellas por disparos de la Policía. A pesar de ello, el gobierno vincula a las protestas 25 fallecidos.