La Academia de Medicina francesa aconseja a los usuarios del transporte común que, además de llevar mascarilla, se abstengan de llamar por teléfono o hablar para evitar contagios, y defiende la eficacia de las mascarillas de tela pese a que el Ejecutivo ha desaconsejado su uso.
«El uso de mascarilla es obligatorio pero dado que estamos cerca los unos de los otros, se recomienda no hablar y no telefonear, porque a pesar de la mascarilla puede haber proyecciones», dijo el responsable de la célula de covid-19 de la Academia de Medicina en la emisora France Info.
Según la Academia, esta medida debe aplicarse por la dificultad de guardar las distancias en metros, autobuses y otros medios de transporte público.
En paralelo a esta pauta, la Academia, una prestigiosa institución formada por médicos, farmacéuticos, biólogos y otros científicos de la salud fundada en 1731 por Luis XV, avivó la polémica sobre el uso de mascarillas artesanales, que esta semana ha sido desaconsejado por el gobierno galo ante la expansión de nuevas variantes más contagiosas.
Siguiendo la prescripción del Alto Consejo de Salud Pública y como ya han hecho otros países como Alemania y Austria, el Ejecutivo insta a los franceses a abandonar las mascarillas artesanales por tener una menor capacidad de filtrado que las quirúrgicas.
El ministro de Sanidad, Olivier Véran, indicó que en los próximos días un decreto publicado en el boletín oficial regulará su uso en comercios y espacio público.
Pero la Academia de Medicina asegura que, si bien son menos filtrantes, no conviene prohibirlas pues su actuación en la defensa de nuevas cepas del virus es la misma que con la variante tradicional.
«El hecho de que todo el mundo lleve mascarillas es mucho más importante que la calidad de la misma, porque lo que esperamos de ella es evitar el efecto proyección», añadió el especialista, que precisó que lo importante es que se haga un uso correcto de este accesorio sanitario, cubriendo nariz y boca.
El principio de precaución en el que se basa el gobierno preocupa a la Academia de Medicina, que teme que este nuevo mensaje siembre la confusión en el gran público, que ya se estaba familiarizando con la medida, y reavive las dudas sobre las recomendaciones oficiales.
«El gobierno nos escucha a menudo pero nunca nos consulta, intervenimos cuando estimamos que no se hace lo que se debería», comentó el responsable de la organización sumándose en este caso a la opinión de la Organización Mundial de la Salud, que defiende la eficacia de las mascarillas de tela.