Un tribunal de Panamá absolvió este martes al expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014) por el caso de las escuchas ilegales durante su mandato, conocido como «Pinchazos».
«La justicia finalmente se ha aplicado, siete años de esta tortura, en este suplicio. Le doy las gracias a la justicia panameña. He sufrido mucho y lamento y no quiero que esto que me ha pasado a mí le pase a ningún panameño». Así lo dijo el expresidente Martinelli a la salida del juzgado.
Arropado en un ambiente festivo por los seguidores de su nuevo partido Realizando Metas (RM), el exmandatario salió minutos después de entrar en el juzgado escoltado por su defensa y se retiró del Sistema Penal Acusatorio, en Ciudad de Panamá.
El Tribunal, compuesto por tres juezas, consideró de forma unánime lo siguiente:
«El expresidente no había dado las órdenes para realizar interceptación de telecomunicaciones, seguimiento, persecución y vigilancia sin autorización judicial».
Además, se fijó para el 24 de noviembre la audiencia de lectura de sentencia, informó el Órgano Judicial.
Martinelli, durante una aparición en Nextv -cadena televisiva de su propiedad- pidió al gobierno estadounidense un favor humanitario consistente en que sus dos hijos vayan juntos a enfrentar la justicia.
Ricardo y Enrique están encarcelados en Guatemala, y uno de ellos está próximo a ser extraditado a Estados Unidos por presunto lavado de dinero vinculado a la constructora brasileña Odebrecht.
«Pinchazos»
El nuevo juicio oral contra Martinelli comenzó en julio con un mes de retraso de la fecha prevista debido a dos suspensiones y tras la anulación del primero en el que fue declarado no culpable en 2019.
El expresidente enfrentaba dos delitos en este segundo proceso: interceptación de telecomunicaciones, y seguimiento, persecución y vigilancia sin autorización judicial.
Eso lo exponía a una pena de hasta ocho años de cárcel, una drástica reducción en comparación con el primero, en el que afrontaba cuatro delitos y la pena máxima de 21 años.
En el juicio sucedieron algunos percances y aplazamientos durante los 67 días que duró, con Martinelli señalado por presuntamente retrasar el comienzo del proceso y por protagonizar trifulcas con un exdiputado, supuesta víctima de las escuchas ilegales.
Además, arrastró la duda en las últimas semanas de la posible suspensión por una supuesta falta de imputación en el inicio del proceso legal en el Supremo panameño.
El caso conocido como «Pinchazos» fue complicado desde sus inicios en 2015 en la esfera de la Corte Suprema, pues Martinelli huyó a Estados Unidos.
Allí estuvo preso un año batallando contra su extradición a Panamá, que finalmente se hizo efectiva en 2018. Posteriormente renunció a la diputación regional, que le daba una prerrogativa, por lo que su proceso pasó a la justicia ordinaria.
Tras un largo juicio, fue declarado no culpable, pero un año más tarde un tribunal de apelaciones lo anuló y reordenó el juicio para realizar uno nuevo este año.
Elecciones de 2024
El expresidente, de 69 años de edad, estaba acusado de interceptar las telecomunicaciones de más de un centenar de personas, entre ellas empresarios, políticos opositores e incluso aliados suyos, y periodistas, según las investigaciones.
Martinelli, que siempre defendió su inocencia, tilda este proceso de «patraña política», que según cree configura una persecución política.
Señala a las altas esferas de la política panameña y al gobierno de supuestamente querer inhabilitarlo para las elecciones generales de 2024, en las que tiene previsto postularse a la presidencia con su nuevo partido Realizando Metas (RM).
En Panamá, Martinelli también es procesado y tiene prohibición de salida del país por el caso Odebrecht, por supuesto lavado de dinero, al igual que en el caso «New Business» vinculado a la compra de un conglomerado de medios.
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