El sábado pasado, la ex presidente de Argentina, Cristina Kirchner, viajó a La Habana para visitar a su hija Florencia.
La senadora y candidata a vicepresidenta pidió autorización con menos anticipación que en viajes anteriores. Esto obligó a reprogramar las actividades de su campaña, lo que encendió las alarmas sobre la salud de su hija. Sin embargo, el abogado de Cristina, Alberto Beraldi, dijo que el tratamiento de Florencia Kirchner en Cuba «va evolucionando».
«Florencia está haciendo un tratamiento en Cuba. Eso va evolucionando y seguirá sus pasos», señaló Beraldi.
«Lo que le pasa a Cristina es consecuencia de una persecución. La hija de la ex presidenta está a derecho en todas las causas judiciales en las que se la investiga”, aseguró el abogado.
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Agregó que por ahora no hay ninguna razón procesal para que Florencia vuelva a Argentina. La semana pasada, la defensa presentó un nuevo informe sobre su salud, cumpliendo con un pedido que había hecho el Tribunal Oral Federal, que deberá juzgarla en los casos Hotesur y Los Sauces.
El diagnóstico
Florencia Kirchner viajó a Cuba en marzo para hacer un curso de guion de cine. Desde entonces nunca volvió a Argentina. Cristina Kirchner voló a La Habana para visitarla seis veces este año. Según los informes médicos presentados hasta ahora al tribunal, Florencia tiene un linfedema, una depresión profunda y bajo peso corporal.
El primer certificado médico expedido por autoridades cubanas y presentado ante la Justicia argentina señala que padece como diagnóstico principal un trastorno de estrés postraumático, indicándose como otros diagnósticos los siguientes: síndrome purpúrico en estudio, polineuropatía sensitiva desmielinizante de etiología desconocida, amenorrea en estudio, bajo peso corporal y linfedema ligero de miembros inferiores de etiología no precisada.
Florencia Kirchner recibe la visita cada cierto tiempo de su hija, Helena, que vive en Buenos Aires con el padre de la niña, Camilo Vaca Narvaja.