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A partir de diciembre, el kirchnerismo perderá el quórum propio en el Senado

por Avatar GDA | La Nación | Argentina

Las elecciones generales confirmaron los resultados de las primarias de septiembre y los peores pronósticos para el Frente de Todos se harán realidad. A partir del próximo 10 de diciembre, Cristina Kirchner perderá la cómoda mayoría que tiene en el Senado y ya no dispondrá del quórum propio que le permitió manejar con mano de hierro los tiempos de la Cámara alta en los últimos dos años.

En un escenario impensado hace 3 meses, el peronismo perderá 6 bancas y su bloque caerá a 35 senadores, 2 por debajo de los 37 legisladores necesarios para el quórum reglamentario. Por su parte, Juntos por el Cambio engrosará sus filas en 5 escaños y podría disponer de un interbloque de 31 legisladores.

Es el resultado de la derrota en seis de las ocho provincias que renuevan su dotación este año. Chubut, La Pampa, Corrientes, Mendoza, Santa Fe y Córdoba, donde cayó a tercera fuerza, quedaron en manos de Juntos por el Cambio. El Frente de Todos solo ganó en Tucumán y Catamarca.

En el medio de la grieta quedarán seis senadores de distinto color y pelaje (peronistas disidentes y partidos provinciales) que podrían jugar un rol estratégico para el futuro político del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

En otras palabras, a partir del mes próximo el Frente de Todos tendrá que sentarse a negociar con la oposición cada proyecto que quiera aprobar. En la mira aparecen los senadores de dos fuerzas provinciales, Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia de Misiones), como potenciales y eventuales aliados a los que deberá recurrir el oficialismo para conseguir la sanción de las leyes que requiera el gobierno, como el Presupuesto 2022.

No es la primera vez que el kirchnerismo pierde el quórum en el Senado. En 2009, con Cristina Kirchner como jefa del Estado, también había caído a 35 senadores y perdió el control de las comisiones gracias a que el peronista pampeano Carlos Verna se sumó a conformar un conglomerado opositor que reunió 37 voluntades. Esa mayoría fue efímera, en abril del año siguiente ya se había disuelto. No obstante, en el interín y gracias al cambio de mayorías que también se registró en la Cámara baja, logró sancionar la ley que garantizaba 82% móvil para las jubilaciones. Cristina Kirchner no dudó en pagar el costo político de vetar aquella norma.

A pesar de la dura derrota, el Frente de Todos seguirá manteniendo su condición de primera minoría de la Cámara alta. A esto se aferrará el bloque que conduce José Mayans (Formosa) para dar la pelea por el control de las comisiones. Tratar de quedarse con la mayor cantidad de presidencias y de miembros en cada uno de los cuerpos donde se desarrolla gran parte del trabajo legislativo es el principal objetivo para el oficialismo en estos momentos de retroceso legislativo.

La Pampa y Chubut

La confirmación de los resultados registrados en las primarias en La Pampa y Chubut fueron determinantes para el fuerte golpe que recibió el oficialismo.

En La Pampa ingresarán el radical Daniel Kroneberger y la macrista María Victoria Huala. Por el Frente de Todos fue electo Daniel Bensusán. Quedó afuera María Luz Alonso, militante de La Cámpora y a quien Cristina Kirchner puso al frente de la estratégica Secretaría Administrativa cuando llegó al Senado.

En Chubut, en tanto, el kirchnerismo perdió dos escaños. Renovaba tres, pero quedó segundo en la elección como consecuencia de que el sector dasnevista del peronismo local jugó con boleta propia. Así, en diciembre ingresarán al Senado Ignacio Torres y Edith Terenzi, por Juntos por el Cambio, y Carlos Linares por el oficialismo.

El kirchnerismo también perderá un escaño en Córdoba. Al caer a tercera fuerza en la provincia, el veterano peronista Carlos Caserio no logró retener su escaño. Gracias al triunfo de Juntos por el Cambio volverá a la Cámara alta Luis Juez, acompañado de Carmen Alvarez. La banca por la minoría se la quedó el peronismo disidente en manos de Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti, que mantiene un duro enfrentamiento con la administración de Alberto Fernández.

Mendoza fue otro distrito que le sonrió a Juntos por el Cambio, que retuvo los dos escaños que puso en juego en las figuras de los radicales Alfredo Cornejo y Mariana Juri. La banca de la minoría será para Anabel Fernández Sagasti, dirigente de La Cámpora que sufrió así su tercera derrota como cabeza de lista del PJ en la provincia.

Corrientes fue otra provincia en la que Juntos por el Cambio ganó un escaño en detrimento del kirchnerismo. Ingresarán Eduardo Vischi y Gabriela Valenzuela al interbloque opositor, en tanto que Carlos Espínola (Frente de Todos) logró la reelección por otros seis años.

Otro distrito en el que el peronismo perdió una banca fue Santa Fe. En diciembre, jurarán como senadores Carolina Losada y Dionisio Scarpin. Por el Frente de Todos lo hará Marcelo Lewandowsky. La derrota dejó fuera de la Cámara a María de los Angeles Sacnun, que manejó la estratégica comisión de Asuntos Constitucionales en los últimos dos años.

Aunque de manera menos holgada que en las primarias, el Frente de Todos logró imponerse en Tucumán y retener los dos escaños que puso en juego. Pablo Yedlin y Sandra Mendoza serán los nuevos senadores peronistas. En esta provincia el radicalismo perderá una banca, pues por juntos por el Cambio entrará el peronista disidente Germán Alfaro.

Por último, el oficialismo también ganó en Catamarca y mantendrá sus dos bancas en manos de Lucía Corpacci y Guillermo Andrada. El radical Flavio Fama lo hará por Juntos por el Cambio.

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