Este martes desalojaron a cerca de 200 migrantes venezolanos de un campamento improvisado en la municipalidad de Guayaquil, en Ecuador.
La medida se efectuó luego de que el fin de semana se produjera un altercado entre ecuatorianos y venezolanos que terminó convertitido en actos de xenofobia por el espacio público.
Familias enteras de migrantes que se encontraban refugiadas en el complejo deportivo Benjamín Rosales fueron sacados forzadamente del lugar.
Entre 150 y 200 funcionarios de la policía ecuatoriana intervinieron en el operativo junto con personal de la intendencia guayaquileña y delegados municipales.
Para el desalojo de los venezolanos se argumentó que ocupaban -de manera irregular- el espacio público y que esto acarreaba falta de higiene.
Altercado
El fin de semana hubo un altercado en la zona que se grabó y se hizo viral. En el video se observa a presuntos venezolanos lanzando piedras a un grupo de patinadores que llegaron al lugar a patinar.
En el audiovisual la persona que grabó asegura que los atacantes son venezolanos y que están armados con machetes. Sin embargo, solo se puede ver que un grupo de jovenes les arrojaron piedras.
De estos hechos derivaron los actos xenófobos. Así lo denunció la Fundación Venezolanos en el Exterior. Eduardo Febres Cordero, su presidente, difundió varias fotografías de destrozos a la vivienda de una familia de migrantes procedentes de Venezuela que reside en Guayaquil.
Las imágenes muestran las paredes pintadas con las leyendas: «Fuera venezolanos, fuera, malditos, váyanse o mueren». Además, se ve desorden en el inmueble.
La fundación convocó el lunes a un plantón frente a la sede del Consulado de Venezuela en Guayaquil. Asimismo, pidió a las autoridades que investiguen el suceso por presunto delito de odio.
Las fuerzas de seguridad se llevaron a una persona detenida durante el desalojo que tuvo lugar este martes. Al resto los obligaron a desocupar el área, por lo que uno de los migrantes se desmayó.
Al menos una cuarta parte de las carpas, colchones y otros enseres que se encontraban en el lugar los retiraron forzosamente. Las pertenencias restantes las recogieron los propios migrantes a los que las autoridades no les han ofrecido otro sitio donde vivir.
El campamento de venezolanos se estableció frente a la terminal de autobuses Jaime Roldós Aguilera meses atrás. Sus habitantes son, en su mayoría, individuos que se quedaron varados por falta de dinero para poder seguir su camino a otros destinos.
A finales de 2018 cientos de venezolanos fueron desalojados de un parterre que habían convertido en refugio improvisado frente a una terminal terrestre del norte de Quito; esto, luego de una decisión de las autoridades que ofreció albergues temporales a los más vulnerables.