El narcosubmarino interceptado este fin de semana en España llevaba cerca de 3 toneladas de cocaína, valoradas en 100 millones de euros (110 millones de dólares), en «una operación histórica» e inédita en Europa, afirmó el gobierno español este miércoles.
La policía interceptó el submarino de 20 metros de eslora el sábado en las costas de la región de Galicia, en el noroeste del país.
Con ayuda de buzos, los agentes tardaron tres días en reflotar el aparato y llevarlo a un puerto cercano, el de Aldán, no lejos de la ciudad de Vigo.
El recuento de los 152 fardos de droga les llevó tiempo, y este miércoles el delegado del gobierno en la región, Javier Losada de Azpiazu, anunció que a bordo iban aproximadamente 3.000 kilos de cocaína, con un precio de mercado de 100 millones de euros.
«Es una operación histórica, va a marcar un antes y un después», aseguró Losada.
El recurso de submarinos viene observándose en Colombia, donde los narcos los utilizan para llevar la cocaína a México, de donde es introducida en el mercado estadounidense.
Sin embargo, «ésta es la primera vez que se detecta ese sistema de transporte de droga en Europa», indicó la policía española en un comunicado.
Indicó que se trata de un «artefacto de fabricación artesanal, realizado en fibra, con capacidad y autonomía para transportar entre 3 y 5 toneladas de cocaína».
En el operativo fueron detenidos dos tripulantes, de nacionalidad ecuatoriana, que habían intentado escapar. «Un tercer ocupante huyó y se encuentra actualmente en paradero desconocido», dijo la policía.
El origen de la droga se desconoce, pero se sigue investigando. Una fuente cercana a la investigación había indicado que el cargamento procedía de Suramérica. Sin embargo, no pudo precisar el país.
Una técnica aquilatada por los narcos
En la operación intervinieron 240 agentes, y participaron las policías de Portugal, Estados Unidos y Brasil, según Losada.
Los cárteles de la droga empezaron a hacer uso frecuente de submarinos en 2005, según Robert J. Bunker, profesor del U.S. Army War College, con sede en Pennsylvania.
En general, son construidos en las selvas de Colombia, Ecuador o Guyana por un precio que ronda el millón de dólares, que «puede subir a varios millones de dólares en el caso de submarinos más grandes o más sofisticados», dijo Bunker.
Los mejores candidatos para capitanearlos, añadió, «son pescadores capaces de navegar en mar abierto y arreglar la maquinaria en caso de avería».
Bunker cree que los carteles de la droga han construido hasta ahora alrededor de un millar de narcosubmarinos.
La accidentada costa de Galicia es desde hace décadas un punto de entrada habitual de cocaína en España, y de allí se distribuye a otros países de Europa.
El año pasado, España fue el segundo país de la UE con el mayor nivel de incautaciones de cocaína, con 41 toneladas, solo por detrás de Bélgica.