Xu supo tener dificultades para expresar sus sentimientos con palabras, pero a cambio desarrolló una notable habilidad para hacerlo mediante grandes gestos.
Así fue como Xu, que vive en el pueblo de Hetou, ciudad de Yingde, en la provincia Guangdong en el sur de China, construyó una pequeña isla de ensueño. Tapizada de flores rosas y una hamaca, como en un cuento de hadas, con el único fin de recuperar a su amada exnovia.
El emprendimiento de Xu no logró su cometido, pero en cambio se convirtió en una atracción para cientos de miles de jóvenes parejas que la visitan buscando un lugar romántico donde consolidar su relación.
La pareja había terminado su vínculo después de que Xu se mudó al campo desde su ciudad natal para cuidar a sus padres, lejos de su novia, detalló el sitio inglés Lad Bible.
Pero el desconsolado Xu no estaba listo para el final, y gastó más de 100.000 yuanes de sus ahorros (unos 15.000 dólares) en el cambio de imagen mágico de una pequeña isla desierta. Para ello contrató a un equipo que construyó un puente de arco que conduce hasta el sitio, que sembró con todo tipo de plantas y flores de color rosa.
La isla
La isla, de solo 30 metros cuadrados, ahora está completamente cubierta de vegetación rosa, con melocotoneros y cerezos en flor, símbolo del amor en la cultura china. También tiene un columpio en el medio, junto con un camino que está pavimentado con piedras en forma de corazón.
Xu completó la isla romántica en solo un mes. La leyenda cuenta que su exnovia se conmovió por el hermoso gesto, pero se negó a volver con él. “Gracias por tu sincera dedicación. Encontrarás a alguien mejor que yo”, dijo ella.
Xu siempre se vio a sí mismo como una persona tímida e introvertida que a menudo lucha por expresar sus sentimientos, y la isla no era más que una manifestación del alcance de su amor. Dijo: “Soy piscis, así que soy una persona romántica”.
Dicen que Xu nunca se arrepintió por lo que hizo. La isla fracasó en su propósito original pero ha logrado convertirse en un sitio de relevancia turística. Como el puente Bow Bridge en Central Park o el Jardín de los Naranjos de Roma, la isla de Xu es visitada frecuentemente por miles de parejas que realizan sesiones de fotos de bodas o sellan su vínculo con propuestas de matrimonio.