Victoria Beckham eligió el Ministerio de Relaciones Exteriores de Londres para su desfile de la Semana de la Moda. La nueva colección resaltó por la elegancia atemporal que caracteriza su marca.
El patio interior de la institución fue el escenario donde Beckham presentó sus últimas creaciones. En la entrada militantes del movimiento ecologista cuestionaban a los asistentes.
«Estamos aquí para protestar contra esta obsesión de comprar ropa nueva», expresaron, aludiendo al negativo impacto ambiental de la moda.
Largos vestidos de seda y camisas con cuello en punta acompañadas de chaquetas mostraron un estilo de la década de los 70 y crearon siluetas vaporosas, naturalmente elegantes.
Las modelos desfilaron ante la mirada de la familia Beckham, el ex futbolista David Beckham y los cuatro hijos de la pareja, Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper, sentados en primera fila, al lado de Anna Wintour, editora jefa de la edición estadounidense de la revista Vogue.
«La ligereza, la simplicidad y la libertad son ideas que preceden la composición de esta colección. Jugué entre el corte masculino ajustado y vestidos amplios que dejan respirar al cuerpo, vestidos femeninos y un poco románticos», explicó la diseñadora.
La diseñadora eligió como colores el beige, el camel y el amarillo, el verde y el violeta. Tonos únicos y pocos estampados vivos sobre un fondo más oscuro.
«Es algo que no habíamos hecho antes», explicó Beckham, quien apostó por una nueva forma de vestir de manera sexy sin restricciones y sin mostrar demasiado.
«Para mí, todo esto representa a una mujer que se siente cómoda y sensual al vestirse», dijo, refiriéndose a su nueva colección.