Una antigua casa de Leeds, una ciudad ubicada en el condado de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, se puso en venta bajo una extraña condición. Es que la vivienda, además de tener un enorme jardín, conserva la tumba de un expropietario. Ahora, los agentes inmobiliarios se enfrentan al desafío de encontrar nuevos dueños para la casa.
El hombre que vivió allí por última vez habitó toda su vida en ese lugar. Su último deseo fue ser enterrado en el jardín de atrás de la propiedad, una petición que su familia quiso cumplir.
“Tenga en cuenta que esta propiedad está siendo vendida por miembros de la familia como parte de una propiedad de parientes”, dice la descripción de la publicación de la casa en una web de propiedades. “Era el deseo del difunto ser enterrado en el jardín ya que nació y murió en la casa. Este deseo se ha cumplido y la propiedad se venderá como está”.
La vivienda se ofrece a un precio inicial de 125.000 libras esterlinas (170.000 dólares). Se trata de un hogar con todas las comodidades: un hall de entrada, una sala de estar con estufa de leña, puertas corredizas que conducen al invernadero, una cocina comedor equipada, tres “dormitorios de buen tamaño” y un baño en suite.
En la parte delantera de la propiedad, ubicada en la calle Sissons, hay un bonito camino compartido. Y, finalmente, en el jardín trasero hay un amplio campo de césped, con contenedores de madera para guardar pertenencias. Y una tumba, que no se puede molestar.