El Papá Noel que repartió regalos este miércoles entre niños con cáncer en Copacabana, la playa más famosa de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, sustituyó su tradicional trineo por una moto acuática.
La llegada en moto acuática de un Papá Noel con su típica vestimenta roja y sus largas barbas blancas emocionó a los niños atendidos por la Asociación de los Amigos de la Infancia con Cáncer, que habían sido llevados a la arena de la icónica playa de Copacabana con la promesa de los regalos, pero no sabían de la sorpresa.
Este fue el quinto año consecutivo en que la Amicca se asoció con el Cuerpo de Bomberos de Río de Janeiro para distribuir los regalos a los menores que atiende, pero la primera en que el bombero disfrazado de Papá Noel llega por mar a la cita en la famosa playa de la zona sur de Río de Janeiro.
Además de la distribución de regalos, los organizadores ofrecieron diferentes atracciones a los menores, como un toro mecánico, una presentación de payasos y una demostración de las maniobras de los perros de operaciones de rescate del Cuerpo de Bomberos.
Los menores pudieron cambiar este miércoles las camas en los hospitales públicos en que los atienden por una tarde de playa.
«Existen muchas formas de salvar vidas, y darles esperanza a estos niños es una de ellas. Es un honor poder participar en este proyecto», afirmó el comandante del Tercer Cuartel de Salvavidas del Cuerpo de Bomberos de Río, teniente coronel Fernando Melo, al referirse al evento.
Río de Janeiro encendió este fin de semana las luces de su tradicional árbol flotante de Navidad, el más grande de este tipo en el mundo. Empezaron este sábado las fiestas decembrinas en la «cidade maravilhosa», con un espectáculo de música y juegos pirotécnicos.
La imponente estructura metálica de 70 metros de altura se iluminó en un juego de luces multicolor sobre la laguna Rodrigo de Freitas, uno de los lugares más icónicos en la zona sur de Río de Janeiro.
El árbol flotante más grande de Navidad, una de las principales atracciones de la ciudad, se prendió por primera vez en 1996. Luego de su rotura en dos por una fuerte ventisca en 2015, apagó sus luces en 2016 y 2017 debido a la crisis económica que alcanzó entonces a Río de Janeiro y de la que aún no logra recuperarse por completo.
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