El príncipe Harry y su esposa Meghan hablaron abiertamente en televisión sobre los problemas que atraviesan como miembros de la familia real británica. Mencionaron desde el distanciamiento con Williams hasta la presión a la que se sienten sometidos por la prensa.
Enrique, de 35 años de edad, es objeto de rumores sobre mantener relaciones cada vez más distantes con su hermano mayor Williams, de 37 años.
En un documental rodado durante la reciente gira de la pareja por el África austral, y difundido el domingo por la noche en el canal ITV, reconoció que pasan cosas debido a la presión que imponen sus roles como miembros de la realeza.
«Somos hermanos. Siempre seremos hermanos. Seguimos sin duda por caminos diferentes en este momento, pero siempre estaré ahí para él, así como sé que él estará siempre ahí para mí», dijo. «Como hermanos, ya saben, hay días buenos y días malos», agregó.
Luego de mudarse del palacio de Kensington, donde vivían con Williams y su esposa Kate, Harry y Meghan rompieron en junio con la fundación que compartían ambas parejas, lo que disparó la especulación sobre las tensiones entre los dos hijos del príncipe Carlos.
Con lágrimas en los ojos la duquesa de Sussex admitió que debido a la presión mediática por su embarazo y el nacimiento de su hijo todo ha sido difícil.
«No hay mucha gente que haya preguntado cómo estoy», lamentó Meghan. «Cuando conocí al que iba a ser mi marido, mis amigos estaban realmente contentos porque yo era feliz, pero mis amigos británicos me dijeron: ‘Será es genial, pero no tendrías que hacerlo porque los tabloides británicos destruirán tu vida», agregó.
A la defensiva
La pareja anunció a principios de mes que lanzaban una ofensiva judicial contra varios diarios sensacionalistas británicos por publicar sin autorización una carta de Meghan a su padre, con quien mantiene una mala relación.
Tras su boda, la prensa británica había dado buena acogida a Meghan, resaltando su espontaneidad y su sencilla desenvoltura, alabando su defensa de las mujeres y sus acciones caritativas con inmigrantes.
Pero la estadounidense se convirtió en objeto de críticas por su supuesto comportamiento difícil tras una serie de dimisiones en el seno del personal de la casa real, hasta el punto de ser apodada la duquesa caprichosa.
Primer miembro mestizo de la familia real británica, Meghan, que tiene entre sus ancestros a esclavos que trabajaban en las plantaciones de algodón de Georgia, fue también objeto de ataques en las redes sociales por sus raíces afroamericanas.
«Desgraciadamente, mi mujer se ha convertido en una de las últimas víctimas de la prensa sensacionalista británica que lleva a cabo campañas contra individuos sin pensar en las consecuencias», había denunciado Harry.
Aseguró que su esposa está siendo acosada por los medios como lo fue su madre, que murió en 1997 en un accidente de coche en París cuando era perseguida por un grupo de paparazzi.