Desde que Bill Gates anunció su divorcio de Melinda Gates, su pareja durante 27 años, estallaron las especulaciones alrededor de la decisión y los pasos que deben seguirse en la división de sus bienes. Ahora, la prensa estadounidense reveló que el magnate de Microsoft mantenía un vínculo con una figura mediática que Melinda rechazaba. Se trata de la relación entre el empresario y Jeffrey Epstein, quizás uno de los factores que terminó de deteriorar el matrimonio.
Epstein fue encontrado culpable de tráfico sexual de menores y conspiración. Por la gravedad de las denuncias, se enfrentaba a 45 años de cárcel. La primera acusación contra el financista data de 2005, cuando los padres de una adolescente de 14 años de edad denunciaron a la policía en Palm Beach un caso de abuso sexual. A partir de allí, el FBI identificó más de una treintena de potenciales víctimas, la mayoría de entre 13 y 16 años. El magnate se defendió alegando que los encuentros eran consentidos y “no sabía que eran menores”. Tras años de impunidad gracias a su poder económico y sus contactos, Epstein fue condenado en 2008 y quedó detenido. Once años después, el 10 de agosto de 2019, se quitó la vida en la cárcel.
Cuando Bill Gates le presentó a Epstein a su esposa, en septiembre de 2013, el rechazo de Melinda fue inmediato. Por ese entonces ya acumulaba varias denuncias, por lo que la mujer tenía sus motivos para desaprobar aquel acercamiento entre los empresarios. Según trascendió, Melinda no ocultaba su malestar cuando estaba frente a Epstein y, de hecho, solía comentarlo frecuentemente en su círculo de amigos.
“Me encontré con él. No mantuve ninguna relación comercial ni de amistad con él”, declaró Gates en septiembre de 2019. “No fui a Nuevo México ni a Florida ni a Palm Beach ni nada de eso. Había personas a su alrededor que decían: ‘Si quieres recaudar dinero para la salud mundial y obtener más filantropía, él (Epstein) conoce a mucha gente rica”. El fundador de Microsoft, que trabaja constantemente reuniendo fondos para causas vinculadas a lo sanitario y lo social, añadió: “Cada reunión en la que estuve con él, también nos acompañaban otras personas. Nunca estuve en ninguna fiesta ni nada por el estilo. Nunca donó dinero a nada que yo sepa”.
Una fuente cercana a la pareja confirmó a The Daily Beast que Melinda detestaba el hecho de que su marido se reuniera con un hombre acusado de abuso sexual a menores, pero además lo consideraba una persona “desagradable” y “con pésimos modales”. “Cuando se levantaba de la mesa durante la cena no se disculpaba, te decía que tenía una llamada con un presidente de algún país”, dijo la misma fuente al medio estadounidense.
A pesar de la distancia que Gates decía tener con Epstein, el magnate financiero hacía gala de asesorar al fundador de Microsoft. Y, según una investigación de The New York Times, Bill le mandó mails a parte de su equipo hablando sobre Jeffrey, aunque los empleados de Microsoft aclararon que se refirió simplemente a que llevaba “un estilo de vida muy diferente al suyo” y a cuestiones más livianas que aquellas por las que fue sometido a juicio y detenido. De todos modos, la presunta amistad no duró mucho. En 2014, poco antes de su detención, Epstein aseguró que Gates no lo llamaba más.