cuatro bebés
Foto: EFE

La australiana Kathleen Folbigg, quien pasó dos décadas en la cárcel por el asesinato de sus cuatro bebés, dijo que su reciente indulto tras la revisión de su caso supone una «victoria para la ciencia y especialmente la verdad», según un video testimonial publicado este martes.

Folbigg fue indultada y puesta en libertad ayer después de que una revisión de su caso —reabierto a raíz de una investigación coordinada por una científica española que vinculaba los decesos a fallos genéticos— hallara «dudas razonables» sobre su responsabilidad criminal.

Folbigg, de 55 años, expresó en el video, de unos 30 segundos divulgado este martes a la prensa, que se siente «extremadamente humilde» y «agradecida» por el indulto recibido y su puesta en libertad.

En las imágenes, se le ve Folbigg en el interior de la finca, localizada en el este del país, de su amiga y férrea defensora Tracy Chapman, donde aparece cargando un ramo de flores mientras narra su encrucijada y agradece a quienes siempre la han apoyado.

«Hoy es una victoria para la ciencia y especialmente para la verdad», dice Folbigg, con un semblante tranquilo y a veces sonriente.

Agrega que el recuerdo de sus cuatro bebés siempre la ha acompañado a lo largo de las dos décadas que estuvo entre rejas.

«Durante los últimos 20 años que he estado en prisión siempre he pensado y siempre pensaré en mis hijos, lloraré por mis hijos y los echaré de menos y los querré enormemente», precisó Folbigg.

Folbigg fue condenada en 2003 a 40 años de prisión, rebajados a 30 años en 2005, por la muerte de sus hijos (Caleb, Patrick, Sarah y Laura) entre 1989 y 1999, cuando estos tenían entre 19 días y 18 meses.

Pero su caso fue reabierto el año pasado, tras la publicación en la revista especializada Europace de la investigación científica liderada por la inmunóloga española Carola García de Vinuesa, que vinculaba una mutación genética (CALM2) de dos hijas de Folbigg, Sarah y Laura, con la muerte súbita cardíaca, así como constataba que los niños portaban variantes raras de un gen.

Tras abandonar la cárcel la víspera, Folbigg disfrutó en su primera noche en libertad de los pequeños placeres, como comer pizza y dormir en una cama, mientras se adapta a la nueva tecnología como los teléfonos inteligentes, según relató este martes a la prensa Tracy Chapman.


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