Desde arrastrarse por más de 100 metros sobre rocas filosas, hasta pasar largos periodos de tiempo en heladas aguas, son algunas de las duras pruebas que deben pasar los aspirantes a la Marina en Taiwán.
Lo llaman “el camino al cielo” porque, para llegar al final, los aprendices deben pasar por un auténtico infierno.
Una de las pruebas más llamativas e impactantes para muchos es el camino de piedras, por el que los soldados deben arrastrarse, avanzar sobre sus rodillas y codos, o hacer distintos ejercicios.
Sin embargo, muchos consideran que todo ese sacrificio vale el resultado.
Pruebas ensangrentadas
Las heridas ensangrentadas no tardan en mostrarse sobre sus cuerpos. Sin embargo, algunos participantes aseguran que “es duro al principio, pero al final el cuerpo se acostumbra”, presentado en un video en el Twitter de El Mundo.
Otros retos que los soldados de Taiwán deben superar consisten en hacer ejercicios aeróbicos con poca ropa en el frío de la noche y correr por caminos lodosos.
Además deben contener la respiración y nadar en piscinas mientras cargan todo el equipo de supervivencia y combate, también sus armas.
Solo los mejores de Taiwán logran resistir
“Solo los mejores logran resistir”, afirman los aspirantes a la Marina taiwanesa. Una afirmación que dicen emocionados solo los que logran el objetivo.
De los 31 candidatos que presentaron las pruebas, solo la mitad ha conseguido superar el duro entrenamiento.
Los aspirantes son atendidos por paramédicos posterior a las pruebas, quienes se encargan de atender las heridas que sufren durante las pruebas.