Desde el 17 de febrero, el colombiano Édgar Alexander Acevedo tuvo que ser hospitalizado en Nueva York. Permanecía sedado, y los médicos esperaban una mejoría. Sin embargo, con el pasar de las semanas decayó su estado de salud. Su hermano logró viajar desde Colombia y verlo horas antes de que muriera.
Antes de migrar a territorio norteamericano, Acevedo, de 48 años de edad y padre de dos hijos, trabajó como mecánico de motos. Tenía un taller hasta que lo clausuró con las dificultades propias de la pandemia del covid-19.
«Estuvo prácticamente dos años sin trabajo. Hacía domicilios y con eso tenía para el sustento. Vivía en Medellín», relató su hermano Jorge, en diálogo con EL TIEMPO.
Al ver que sus condiciones económicas no mejoraban, decidió emprender viaje a Estados Unidos, donde había estado hace más de 20 años.
«Trató de solicitar la renovación de su visa, pero le dieron la cita muy lejos, como para dos años. Él dijo que ya no aguantaba más esta situación y se fue por México. Entró a Estados Unidos con un permiso humanitario», añadió su hermano.
Llegó a Nueva York a finales de noviembre de 2023. Estaba en un refugio de migrantes en el Bronx, mientras esperaba que le entregaran licencia de conducir y permiso de trabajo: «Les habían dicho que los iban a sacar del albergue, estaba como en esa tensión antes de que lo asaltaran».
El ataque que sufrió el colombiano en Nueva York
Como cualquier día, el 17 de febrero salió del albergue a cenar con uno de sus amigos. De regreso, en horas de la noche, tres hombres los atacaron con arma blanca.
«Le quitaron los papeles y el dinero. Nos contó el amigo que ellos salieron a correr y los ladrones los persiguieron», dijo el hermano.
El colombiano y su amigo lograron acercarse a un puesto de policía para denunciar el caso. Allí, Édgar Alexander se desplomó al sufrir un paro cardíaco, fue llevado al hospital y requirió reanimación de 25 minutos. El paro le generó graves secuelas.
Su mamá, hermano y demás familiares en Colombia rogaron por su recuperación, buscando opciones para viajar y verlo. Solo hasta el 5 de mayo Jorge pudo volar a Nueva York con visa humanitaria.
«Los médicos se reunieron conmigo y me dijeron que ya no podían hacer nada más. Tenía mucha hemorragia en el intestino. Estaba muy débil. Le habían tenido que amputar una pierna y esta tenía un hongo que no habían podido controlar», recordó.
El equipo de especialistas le redujo la sedación para que despertara y viera a su hermano. Édgar Alexander yacía en una camilla con múltiples aparatos sin poder hablar.
«Lo saludé y se le vinieron las lágrimas. Le dije que lo queríamos mucho y que estuviera tranquilo. Yo iba a estar ahí hasta el último momento con él. Le pedí que no se preocupara, que descansara y fuera en paz», añadió.
Tras orar a su lado, reproducirle los audios de sus familiares y recibir la llamada de su hijo, el colombiano tuvo una convulsión: «Le tomé la mano y, en medio de la convulsión, se quedó dormido y no volvió a abrir los ojos». Minutos más tarde su corazón dejó de latir.
Ahora Jorge está a la espera en Nueva York de poder remitir el certificado de defunción a la policía para que continúen las investigaciones del robo del que fue víctima y se capture a los responsables.
«Es un daño para toda la familia. La justicia se la dejo a Dios. Él es el único que puede juzgarlos. Lo importante es poder llevar a mi hermano a Colombia», concluyó.
En lo corrido de 2024, en Nueva York se han reportado 114 asesinatos y 5.522 robos, según datos de la Policía. El número de atracos se elevó frente a los 5.228 registrados en el mismo período de 2023.
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