«Prepárense. Si creen que lo verán todo con este desfile, lo que se viene para la marca en el 2023 será fascinante. Mientras tanto, disfruten una velada con mucho amor, pasión… y olé”, señaló un sonriente y complacido Giovanni Scutaro justo antes de comenzar su show. En un espectáculo que reunió a no menos de 1.000 personas, entre amigos, periodistas, artistas, empresarios venezolanos y la socialité caraqueña, el reconocido diseñador, a través de arte, moda y música plasmadas en telas como un lienzo, presentó su colección otoño-invierno: un homenaje a Sevilla con Amor, Pasión y Olé.
Entre los asistentes destacaron miembros del cuerpo diplomático. Sin embargo, la presencia del embajador de España en Venezuela, Ramón Santos Martínez encabezó la lista de invitados especiales de Scutaro que incluía a Osmel Sousa y los animadores Winston Vallenilla y su esposa Marlene de Andrade, cuya asistencia sorprendió a muchos.
Para Scutaro no hay coincidencias sino causalidades. Y la idea de usar esto a su favor con la realización de su más reciente colección es prueba de ello. Así pues, el jueves 24 de noviembre, justo cuando el calendario marcó la celebración de Thanksgiving o Acción de Gracias, el amor y la pasión por la moda tomó la Quinta Esmeralda, ubicada en Campo Alegre, gritando “¡Olé!”.
Luces, cámara y acción
A pesar de que se veían sillas vacías, la convocatoria no falló. El espacio se veía estratégicamente repleto. Hubo, sin embargo, muchas quejas acerca de la organización, sobre todo con el área de prensa y sus acreditaciones, levantando incomodidades y molestias no solo entre los periodistas sino entre el público. La cita era las 8:00 pm. Pero a las 9:30 la producción aún buscaba la manera de ubicar a quienes llegaban tarde o sin invitación, a quienes se fueron quedando sin puesto por alguna confusión o a los que no tenían donde ubicar según sus numeraciones.
Pero eso y los comentarios como: «¿qué pasó con la decoración?, ¿por qué solo una simple pasarela en el medio?, ¿y los candelabros, las flores y la suntuosidad de la colección pasada?, ¿solo telas y luces negras y rojas?» pasaron a segundo plano cuando la Quinta Esmeralda se oscureció, dándole inicio al desfile que marca los 34 años de carrera de un Scutaro que, a partir de ese día, tendría con un nuevo comienzo.
El cuerpo de baile de la Escuela de Flamenco Hermanas Lizarraga se sumó al espectáculo con una impecable puesta en escena. Fueron 15 minutos llenos de energía, mucha pasión, buena música y entrega en los que 28 mujeres le rindieron tributo al arte sevillano.
De esta manera, y luego de 6 meses de trabajo, el modista internacional estuvo listo para mostrar 80 diseños en los que abundó el rojo, blanco y negro, con los que agradeció también el apoyo a la causa social que lleva impulsando ininterrumpidamente desde hace 10 años junto a la Fundación Somos Vida (Funvida), la de enviar al país europeo a niños venezolanos con cáncer de médula para ser operados.
Giovanni Scutaro: amor, pasión y olé
Scutaro basó la paleta de colores tradicionales alusivos a los trajes flamencos preparando una cápsula en la que contrastaron diversos elementos.
Las modelos, entre las que destacaron Jacqueline Aguilera y Mariángel Ruiz, mostraron texturas con grandes vuelos, plisados y volantes. También, cortes de mangas abullonadas y piezas como faldas con capas estilo princesa y escotes; características que elevaron la sofisticación de los looks de gala a los que Giovanni Scutaro acostumbra.
Su palabra quedó intacta: resaltó la belleza de la mujer en todas sus formas. Entre rojos, negros, blancos y también metalizados, encajes y terciopelo. Destacaron nuevas piezas arquitectónicamente armadas en telas nobles como el tafetán de seda o la ciberlina de seda pura.
Los encajes antiguos de hilo que evocan otras épocas, son, entre otros, los materiales realizados a mano para complementar cada prenda de esta colección y así hacer realidad el sueño ibérico del diseñador.
Los caballeros y la misa rociera
Infaltable fue su tan acostumbrada colección masculina, que presentó a un hombre más vital, con planes a gran escala.
Apareció en escena a rayas y cuadros, vistiendo de lana, seda y algodón e incluso usando gabán, ese abrigo cruzado que tanto hace recordar al otoño. De esta manera, Scutaro se reinventó para darle una mejor caída a los trajes sin forro y con forro en seda.
Estuvo claro que el diseñador creó esta nueva propuesta basado en la diversidad. Así, trazó un nuevo camino que sigue en la búsqueda de la belleza, pero sin pasar inadvertidos el abanico de formas y cuerpos que existen entre los caballeros.
Para lograrlo, Scutaro importó telas y accesorios desde Madrid y recibió asesoría de confeccionistas españoles que le ayudaron a entender procesos como la elaboración de madroños, los cuales lucieron esta noche en las prendas masculinas.
Finalmente, el momento más esperado: la salida de la novia, como tradicionalmente ocurre en las pasarelas del diseñador. La última de las modelos estuvo precedida por una misa rociera. Entre aplausos, vítores y una música que subió el volumen para celebrarla, culminó la experiencia sevillana.
Giovanni Scutaro aseguró que después de la pandemia la firma se ha replanteado, como el resto de la humanidad, recuperar la actitud y el optimismo con total libertad creativa. Para él, es tiempo preciso de disfrutar y celebrar la historia de la marca y qué mejor forma de hacerlo que con mucho Amor, Pasión y Olé.
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