La masturbación es un comportamiento sexual y sano que puede practicar cualquier persona. Es definido como el acto de tocarse a sí mismo cualquier parte del cuerpo, incluidos los órganos sexuales, con el fin de obtener placer.
Sumado a lo anterior, permite trazar un mapa sexual personal y así guiar a la pareja.
No obstante, la masturbación sigue siendo un tabú en muchas culturas por su carga sexual.
Sin importar los prejuicios que todavía pesan sobre la masturbación es natural sentir el deseo de hacerlo, particularmente por el cóctel neuroquímico – que incluye, entre otros, oxitocina, prolactina, serotonina o dopamina- lo que desencadena un ciclo sexual completo tanto en el hombre como en la mujer.
También favorece el sistema nervioso, endocrino y reduce el estrés.
«Sin duda es un factor saludable. Tiene beneficios a corto plazo indudables, pero luego también se ven a largo plazo. Es un reforzador, una actividad cardiosaludable y también ejerce un efecto ansiolítico», explica Jesús Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano (ISM) a La Vanguardia.
En los hombres se ha demostrado que las eyaculaciones hacen trabajar la próstata como glándula, lo que beneficia su buen tono a largo plazo, reporta el medio especializado Healthline. Además, el proceso eyaculatorio previene ciertos tipos de infecciones prostáticas y algunos tipos de cáncer.
En las mujeres, la salud sexual se ve impactada por la masturbación debido al impulso orgásmico que favorece el mantenimiento vaginal, lo que se refleja en mucosas, tejidos y suelo pélvico.
Se le suma el aumento del flujo sanguíneo y puede favorecer el tono y el control.
«Una mujer saludable a nivel genital es una mujer que disfruta también de esa respuesta orgásmica», destaca el sexólogo Rodríguez.
¿Adicción a la masturbación?, puede que no sea así
En la esfera de lo íntimo y teniendo en cuanta la particularidad de cada cuerpo, no hay una frecuencia «normal». Pero sí existen algunos signos que le permitirían identificar si se está volviendo un problema.
Este es el listado que propuso Fernando Rosero Mera, médico Sexólogo Clínico de la Universidad de Barcelona, España. Experto en el diagnóstico y tratamiento de las dificultades y disfunciones sexuales:
– La necesidad de masturbarse de manera incontrolable, por ejemplo; realizarlo en situaciones o contextos inapropiadoas, tales como lugares públicos, trabajo, clase o frente a otras personas, etc.
– Imposibilidad de pasar un tiempo prolongado sin recurrir a la masturbación.
– Aparición de lesiones en la zona genital: irritación, hinchazón, inflamación, enrojecimiento, lesiones del frenillo, y molestias en las manos y muñecas.
«La masturbación no tiene efectos físicos ni emocionales perjudiciales. De hecho, tiene una serie de beneficios para la salud física y mental, como aliviar el estrés, ayudarte a sentirte bien con tu cuerpo e incluso aliviar los dolores menstruales. Además, es el sexo más seguro que existe: no hay riesgo de quedar embarazada ni de contraer una ETS», asegura en la misma línea Planned Parenthood en su portal web.
¿Afecta la fertilidad?
Patricio C. Gargollo, M.D. respondió en Mayo Clinic que esto es improbable.
«Según ciertos datos, la calidad óptima del semen se obtiene después de dos o tres días sin que haya eyaculación. Sin embargo, otras investigaciones sugieren que los hombres que tienen esperma de calidad normal conservan la motilidad y las concentraciones de espermatozoides normales, incluso cuando eyaculan a diario», comentan en Clinic.
Además, el esperma tiene solo 74 días de vida, sin importar si se expulsa o no.
Aunque la frecuencia de la masturbación puede incrementar en la vejez, como lo han registrado estudios en la materia, hay otras personas para quienes el acto del autoplacer cae en picada con los años.