En el mundo de las prácticas sexuales ha surgido un término que ha ganado relevancia en los últimos años: el sexo vainilla. Este concepto, originado en la comunidad BDSM y revivido por el fenómeno de 50 sombras de Grey, se refiere al sexo convencional, sin grandes pretensiones ni extravagancias.
Para algunos adeptos al BDSM, esta conducta puede parecer demasiado suave, insípida e incluso aburrida, aunque para otros sigue siendo una fuente de placer, explica un artículo de Denise Tempone para el medio La Nación.
Los seguidores del sexo vainilla consideran que la simple conexión física entre dos personas es suficiente para lograr la satisfacción mutua, sin necesidad de recurrir a juguetes sexuales o prácticas más intensas. Para ellos no hay nada mejor que despertar junto a una persona, disfrutando de la intimidad y la cercanía sin adornos ni artificios.
Sin embargo, los críticos de esta práctica argumentan que aquellos que lo realizan no experimentan un verdadero placer y buscan constantemente estímulos más intensos y complejos.
La doctora Frauky Jiménez, psicóloga clínica especialista en terapia de pareja y salud sexual, enfatizó, en diálogo con la revista Aló, en que la elección de practicar el sexo vainilla es una decisión de cada pareja. Lo más importante es que ambos miembros de la relación se comuniquen abierta y sinceramente sobre sus deseos, gustos y preferencias sexuales.
¿Cómo se practica el sexo vainilla?
El sexo vainilla ofrece ciertos beneficios, como la posición clásica del misionero, que permite un contacto más cercano y una penetración más profunda. Además, puede llevar a un orgasmo más rápido en las mujeres y ejercer presión sobre el clítoris al mismo tiempo, según el artículo de La Nación.
No obstante, es fundamental entender que esta forma de mantener intimidad no debe interpretarse como una resignación si alguna de las partes no se siente satisfecha. La comunicación abierta y fluida es esencial para abordar cualquier inquietud o insatisfacción sexual en una relación de pareja.
El sexo vainilla se caracteriza por la comodidad, la intimidad y la observación de detalles. Quienes lo practican, por lo general, prefieren un ambiente acogedor, una cama suave y fragante, y disfrutan de momentos íntimos llenos de calma y conexión emocional.