Siempre es mejor alejarse del moho. Si alguna vez en el interior de la nevera has observado alguna fruta o verdura con un poco de moho, le has quitado la parte afectada y te lo has comido, te avisamos que has corrido el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria. Comerse la parte que consideramos «buena» del alimento mohoso es mala idea, salvo en contadas excepciones.
El moho es un tipo de hongo que aparece en los alimentos cuando se están descomponiendo. Cuando vemos la parte «peluda» significa que los hongos ya se han extendido por el interior del producto. Antes de consumir el alimento, aconsejamos desecharlo y no poner en riesgo la salud. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) habla de tres casos en los que sí es seguro cortar el trozo afectado y salvar el resto.
Eso sí, debemos saber que cuando aparece el moho todo el alimento está contaminado, ya no existe parte buena y parte mala. Bajo las capas de la superficie hay toda una red de raíces que se extienden y afectan todo el producto. Cortar la parte limpia al igual que someter al alimento a altas temperaturas no garantiza que las micotoxinas desparezcan.
Embutidos curados
Los embutidos curados son la primera excepción. El jamón, la cecina, el salchichón o el chorizo pueden tener moho si no se consumen a tiempo. «Raspa el moho y toma el resto», aconseja la OCU. Cortando o raspando alrededor de 2 centímetros se asegura que la parte afectada se ha quitado. Esta premisa no es aplicable a los embutidos de textura más blanda.
Quesos duros
Los quesos con poca humedad como el manchego el emmental o el gouda se salvan. Pero para que sea seguro consumir estos alimentos debemos desechar la parte que rodea el moho «con una propina de dos centímetros alrededor y por debajo de la zona afectada», puntualiza la OCU. Al igual que en el caso anterior, si en cambio observamos moho en quesos blandos o quesos rayados es mejor tirar el producto.
Frutas y vegetales turgentes
Los vegetales de carne consistente, como la zanahoria, el pimiento y el repollo, se pueden comer después de eliminar con un cuchillo toda la zona alrededor del moho, incluido el mismo margen de seguridad de dos centímetros alrededor y por debajo.