Mucho se habla sobre el veganismo, un estilo de vida que viene cobrando fuerza –y también marcando tendencia– desde hace algunas décadas. Los veganos, a diferencia de los vegetarianos, no consumen ningún tipo de alimento de origen animal y sus derivados. Tampoco usan productos hechos a base de piel y cuero, entre otros. ¿Extremismo? Para algunos sí. Para otros, es la cultura hegemónica del futuro y llegó para quedarse. La cultura vegana es más que dejar de consumir carne, se trata de un respeto profundo hacia todos y todo, dirigido a una energía positiva y en armonía con la naturaleza.
En el mundo, y al contrario de muchas opiniones, se pensó que era una moda pasajera; un esnobismo que se rebela contra el sistema, pero hoy la opción vegana (y la vegetariana) se asienta con fuerza en la sociedad y Venezuela no se escapa de ello, aunque sea un país carnívoro por excelencia.
Sabas Nieves, Voiayo, Prana, The Veggies y Connessione Naturale tienen una propuesta vegana. Pero Manifiesto, Arazá, El almacen, Vibra verde e Il giardino le siguen los pasos con una oferta pensada en la salud y el bienestar del consumidor.
(En orden por foto) Sabas Nieves, Voiayo, The veggies, Connessione Naturale y Prana son algunos de los restaurantes en Caracas con propuestas veganas y vegetarianas
Sabas Nieves 30 años después
Jesús Sánchez, fundador y actual dueño del restaurante Sabas Nieves, llegó a Caracas desde Perú a los 18 años, cuando su pensamiento adolescente se adhirió al del doctor David Ferriz Olivares (autor mexicano, libre pensador, maestre del veganismo y experto en medicina natural, entre otros), y su idea de la protección de los animales, el conservacionismo y la salud natural.
Buscando nuevas maneras de vivir, se enamoró de la premisa que rezaba a la alimentación y la cultura como los pilares más importantes para la evolución del ser humano. «Me volví vegano de un día para otro tras entender y comprender el tema», expresó.
Con una beca de la Unesco y a través de la institución del doctor Olivares, aterrizó en Venezuela en 1985. «Ese año ocurre algo interesante porque me enamoro de una mexicana aquí mismo, con la misma visión compartida. Para los años 90 hicimos una familia y, dentro de ese contexto, surge ese sueño mutuo de abrir un restaurante vegano/vegetariano y vender comida naturista», recordó.
Sabas Nieves está ubicado en Sabana Grande | Foto Jesús Navas
Tardaron 6 años en cimentar ese sueño. «Decidimos que este lugar sería el restaurante. Para la época, en Caracas no había muchas propuestas, pero sí tiendas naturistas. Locales con nuestra visión fueron considerados snob por la gente, pero tuvo aceptación», recordó Sánchez.
Rescató que, en la ciudad, se llegaron a contabilizar 13 restaurantes veganos muy reconocidos. «Eran rebuenos. De hecho, uno quedaba en frente de la Asamblea Nacional que quebró cuando invadieron al edificio, otro al lado de la Funeraria Vallés, otro al lado de PDVSA y todos fueron cerrando poco a poco, con la pandemia más, como El Cebollín, que se ubicó en el centro de Caracas.
Pocos recursos, mucha gastronomía
Abrieron puertas el 19 de febrero de 1996. «Empezamos embrionariamente con muy pocas cosas, sillas, mesas. Luego fuimos evolucionando, la aceptación fue creciendo y henos aquí en 2023. Nuestra mejor época fue entre el año 2000 y hasta 2010, pero seguimos teniendo fidelidad de algunos de nuestros mejores comensales», recalcó.
Sabas Nieves es un restaurante popular. «Más de la gente que de nosotros mismos», subrayó su dueño. Ofrecen un menú distinto todos los días de la semana: lunes, comida criolla; martes, italiana; miércoles, árabe, jueves, peruana y viernes, mexicana. «La chef es mi esposa, la mamá de mis dos hijos», recalcó. «Queremos resaltar que más que un tema de comida, es un estilo de vida lo que brindamos en el restaurante. Una manera amplia de elegir vivir sanamente y a través de comida sabrosa», dijo.
Tienen una propuesta de alimentación no putrefactiva, exenta de carne animal. En vez de eso, dan paso a una alimentación fermentativa que ayuda a la salud individual y social. «Mente sana en cuerpo sano».
Propuesta gastronómica Sabas Nieves | Foto Jesús Navas
Sus galletas integrales, empanadas, tortas y tostadas (como casabe) están hechas de cúrcuma y yuca horneadas. No hay nada frito en el menú. «Todo es natural y hecho en casa», aseveró Sánchez. «Descartamos los lácteos, huevos y quesos; poco a poco fuimos afinando cada detalle. También estamos desplazando al trigo para darle cabida a la harina de yuca y plátano. Todo esto se hace con mucho invento y creatividad, no solo para que no resulte aburrido sino para que sea apetecible», atribuyó.
También venden hamburguesas de sello 100% Sabas Nieves, hechas a base de pan integral, croqueta de lentejas germinadas reemplazando la carne, salsas de mostaza, tomate, tamarindo y berenjena hechas en casa, lechuga, tomate y cebollas y aliños naturales.
El menú vegano (con un valor de $4), consta de ensaladas, crudas y cocidas, seco como pastel de granos (procesados), pasta o arroz. Además, se incluyen plátano y batata. Se sirve con postre –como tortas de jojoto y plátano, yogures sin leche, galletas o granolas- y jugo.
Define su restaurante como «sobresaliente». Para los dueños y su hijo, David Sánchez, es diferente pero muy rico, sabroso y sano, destacaron. «Estamos regidos por la salud, ética y ecología. Todos debemos vivir en consonancia y con respeto a todos los seres», concluyó.
Jesús Sánchez, dueño de Sabas Nieves, junto a su hijo David | Foto Jesús Navas
Horario
De 12 m hasta las 3:00 pm, de lunes a viernes.
Ubicación
Av. Pascual Navarro a Acueducto, Quinta Jennymar, Urbanización Sabana Grande, Caracas, Distrito Capital.
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Voiayo
Su nombre significa viaje en esperanto. Y según, Genaro Rodríguez, chef y dueño del restaurante, viene a reflejar que su comida nace gracias a la curiosidad y el descubrimiento mientras realiza un viaje sensorial a través del paladar.
«Nos especializamos en comida india vegana/vegetariana fusión y cocina india tradicional. Estudié en India, pero también tenemos creaciones propias», expresó.
Genaro es filósofo egresado de la Universidad Central de Venezuela, pero al final de la carrera comenzó a dedicarse a la cocina y ahora está plenamente enfocado en ella. Recorrió India estudiando su gastronomía, pero se especializó también en nutrición ayurvédica, que forma parte de la ciencia hindú ayurveda y significa conocimiento de la vida. Esto lo aplicó en su cocina. Además, es panadero artesanal.
Genaro Rodríguez, chef y dueño de Voiayo | Foto Jesús Navas
Cómo nació
Voiayo abrió sus puertas hace 7 años. «Soy vegetariano y siempre vi que existía una falta de restaurantes de nivel de este tipo de comida. En Venezuela no encontré escuela así que salí a formarme y regresé con muchas ideas interesantes para fundar el restaurante», señaló.
El restaurante se levantó en Sabana Grande y se mantuvo activo hasta que llegó la pandemia. Cuando quisieron reabrir, vendieron el local y tuvieron que mudarse. «Esta fue una oportunidad de oro pues nos instalamos en los Palos Grandes, lugar donde, en su mayoría, reside actualmente nuestra clientela», señaló el cocinero.
Está ubicado en la conserjería de un edificio. «La junta de condominio quiso usar el espacio para otros fines más interesantes y aquí estamos desde mediados del 2022″, recalcó Rodríguez.
El espacio es cómodo e íntimo. Caben 10 personas. Además, son atendidos personalmente por el chef, quien prepara los platos mientras los comensales esperan sentados en la única mesa de mármol erigida justo en el centro.
En Voiayo, la comida india tiene mucha tradición y su repertorio gastronómico es amplísimo. «Pero aquí nos adaptamos al paladar del venezolano», resaltó Genaro. «Para quienes lo soliciten, todo se puede regular pues la comida normalmente es bastante picante. Tiene muchas especias», agregó.
Aplican la teoría del buen comer: los platos no se preparan porque sean ricos, sino que hay una razón de ser por cada ingrediente o técnica aplicada. Además, se enfocan en captar los doshas o humores de los comensales, que se dividen en Vata, Pitta y Kapha: energías básicas del ser humano. «Nosotros preparamos platos específicos para lograr un equilibrio en cada uno», señaló.
El menú
Se definen como lactovegetarianos/vegetarianos y veganos. Todos enfocados en el arte de la gastronomía hindú.
«Nuestros platos son de degustación; ofrecemos entre 7 y 8 preparaciones diferentes. El más popular es el arroz de coco con maní tostado. Las sopas (sorba de vegetales con garbanzos, guisantes y coliflor) y las samosas (empanaditas crocantes de la india) también las piden mucho. Entre los postres, destaca el buñuelo de leche sumergido en almíbar con cardamomo, llamado gulab yamun.
Plato principal de Voiayo | Foto Jesús Navas
También tienen curri de brócoli rebosado en salsa de yogurt, ensalada de pimentones ahumados con crocancias de garbanzos, el kachori (pastelito relleno de lentejas y coco), berenjenas rellenas y chutney de cilantro.
«Todos los ingredientes se consiguen en Venezuela. Para las harinas, por ejemplo, usamos lentejas y arroz. Adaptar la comida india al país ha sido un gran logro. Por ese factor diferenciador, hemos podido sobrevivir y actualmente no estamos sobreviviendo sino prosperando», concluyó Rodríguez.
Voiayo es un viaje de sabores, colores y texturas. Solo se puede ir a comer a través de reservaciones desde sus redes sociales o WhatsApp.
Horarios
De 12 m a 4:00 pm, de lunes a viernes. Sin embargo, si se desea cenar o comer el fin de semana, se puede reservar. Además, cuenta con servicio de catering para fiestas, celebraciones corporativas y culturales.
Precio
Entre 20 y 25 dólares por persona. Incluye el plato de degustación, bebida natural y postre.
Ubicación
Cuarta Avenida de Los Palos Grandes, Edif. Los Eucaliptos. Al lado de Pan Alemán.
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Connessione Naturale
Para Nicolette Dalsass, fundadora y CEO del restaurante, la pandemia cambió todo en su vida… Para mejor.
“Cuando todos estábamos encerrados en casa y teníamos tanto tiempo libre, yo me puse a cocinar. Me metí de lleno como distracción y mira en donde terminó todo”
Se le daba tan bien la labor que familiares, amigos y conocidos le recomendaron que montara un delivery desde su casa y comenzara su propio negocio. En el ínterin y por golpe de suerte, apareció la terraza donde actualmente se encuentra vida Connessione Naturale.
Nicolette Dalsass, fundadora y CEO de Connessione Natural | Foto Jesús Navas
«La idea era usar solo la cocina y vender la comida para llevar. Coloqué 3 mesitas ‘por no dejar’ y así arrancamos. De esas 3 mesitas, en plena pandemia, crecimos a 8 más. Atendíamos a 15 personas en un principio y ahora podemos atender a 40, esto es Connessione», rememoró. De hecho, comenzaron con 7 trabajadores y, actualmente, hacen vida en el negocio 35 personas y casi el doble de indirectas.
Para esta caraqueña de 32 años de edad graduada en Administración de Empresas, lo más importante es lograr la conexión entre la salud y el bienestar con cada bocado.
«Desde pequeña fui deportista y esta vida saludable la empecé a los 15. El tiempo me ha enseñado lo que ahora aplico en mi negocio: vivir saludable y en equilibrio es posible. Los extremos no funcionan y si nada es sustentable en el tiempo, ahí no es», aseveró.
¿Cómo se planeó el singular menú de Connessione Naturale? «En mi casa, sustituyendo un ingrediente por otro. Fui probando e inventando. Es más, cuando armé la propuesta gastronómica y hablé con un chef especializado para llevarla a cabo, recibí cierto rechazo y muchos ‘eso no va a espesar’ o ‘esa receta no va a servir’. Pasó todo lo contrario y sorprendí a muchos. Con lo natural, todo se logra», expresó.
En el restaurante lo más importante es la materia prima que usan. Además, tratan de evitar los procesados: enlatados, químicos y azúcares. Todo está hecho sin lácteos, harinas o frituras. «El otro punto es la calidad de lo que ofrecemos. Satisfacemos todos los gustos, desde veganos y vegetarianos hasta personas que practican el estilo de vida Keto», rescató Balsass.
El menú
Sus clientes piden lo que reemplace «lo gordito por lo fit». Las pizzas de coliflor, panquecas, hamburguesas, las pastas y el pasticho, son de los más pedido. Todos sin gluten o añadidos. La comida orgánica y sin procesar es su bandera.
«Por ejemplo, con el pasticho, la pasta es de harina de almendra con espinaca; la salsa napole es como hecha en la casa de la nonna y sin azúcar; la bechamel está hecha con leche de coco. No lleva queso o lácteos pues el queso es de almendras», describió.
Tienen bowls de avena y matcha con base de yogurt de coco y té verde; carpachos y crema de pistacho trufado. Sin embargo, pueden agregar proteínas animales a sus comidas si el comensal lo desea, como salmón o huevos. Ofrecen postres como brownies y tortas de zanahoria hechos a base de harina de coco o almendra y endulzados con monk fruit. Además, tienen una amplia variedad de té e infusiones frías o calientes.
Pizzas, las más pedidas en el restaurante | Foto Instagram
Connessione Naturale Express
Nicolette Dalsass tiene, hoy día, 2 extensiones del negocio. Una ubicada en el Gimnasio VIP de Altamira (antiguo Video Color Yamin) y el otro en el gimnasio Focus de El Hatillo.
Ambos tienen entradas independientes; las personas pueden ir así no estén inscritos en las instalaciones. En el primero trabajan hasta las 9:00 pm y en el segundo hasta las 7:00 pm.
La sede principal se ubica en la Av. Carlos Eduardo Frías de Altamira, Casa 45-5.
Precios
Por persona $19. «Somos accesibles porque queremos que sea un consumo de todos los días», concluyó la emprendedora.
Horarios
8:30 am hasta las 6:00 pm, de lunes a lunes. Ofrecen brunch los fines de semana.
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Prana
Gustavo Díaz, uno de los 3 socios fundadores de Prana, tuvo claro desde un principio el gran vacío que tenía el país en materia de vegetarianismo y jugos cold pressed. Este último movement era habitual encontrárselo en Nueva York o Madrid, pero no Caracas. «Apareció una oportunidad de mercado que no pudimos desaprovechar. Nuestra idea siempre fue, a través del negocio, tratar de culturizar a los venezolanos y conectarlos con lo natural a través de bebidas, platos vegetarianos, postres y snacks».
Con Prana despertó la moda de la comida saludable en la ciudad; algo que –muy a su favor– ha contribuido al éxito del negocio. Además, se caracterizan por la calidad y frescura de cada uno de sus productos.
Variedad de propuestas vegetarianas ofrecidas en el menú de Prana Juice Bar | Foto Instagram
Platos estrella
Ofrecen gran variedad de jugos cold pressed o prensados en frío (creados con una máquina que exprime todas las frutas y verduras, todo sin usar calor, lo que causa que tengan de 3 a 5 veces más nutrientes que un jugo natural); también almuerzos, desayunos, postres y snacks vegetarianos.
«Todos nuestros platos tienen su toque especial, creados por nuestros pantristas y pasteleros. Podríamos decir que los platos estrellas son el açaí como desayuno junto a las panquecas. En el almuerzo tenemos varios candidatos, pero de mis favoritos es el Pad thai (pasta larga de arroz salteada en la sartén con varios ingredientes) y el Veggie roll (hojas de nori, aguacate, mango o durazno, plátano, pepino, quínoa, remolacha y zanahoria)», destacó.
Con respecto a los postres, el Snickers hecho en casa y la Panna cotta, 100% naturales y sin añadidos, son de los favoritos. Entre los snacks, el pan de banana y las bolitas de avena, conocidas en tienda como los Mostricos.
Los jugos ‘cold press’ de Prana son los favoritos
¿Y si se trata de los jugos?
«Depende de la época», rescató. «Hay jugos verdes para las personas más fanáticas de los detox como el Green day o el Tropical green, que pueden incluir celery, pepino, lechuga romana, espinaca, jengibre, limón y otros ingredientes; o el E-Z que incluye piña, espinaca y celery y es una versión más suave para los principiantes».
También ofrecen jugos con más frutas para aquellas personas que están entrando en el mundo de cold pressed juice como el Piña blizz o el Cool melon. «Tenemos unos que son más de raíces o tubérculos, como el Dalai lama (de los favoritos y está hecho a base de piña, naranja, zanahoria, cúrcuma y jengibre) o el Red roots hecho con zanahoria, pepino, remolacha, limón, jengibre y piña».
Prana se mantiene fiel a su idea del vegetarianismo y la salud a través de su propuesta. «Siempre constantes; ofreciendo calidad, frescura y una gran variedad de opciones para el cliente», resaltó Díaz. En una palabra, se definen como originales.
El Curry bowl: uno de los favoritos. Tiene: base de arroz basmati, garbanzos, papas rostizadas, setas, merey tostado, cilantro y una salsa de curry y coco
Precios
Por persona $20. Incluye plato principal/desayuno y un jugo. Los snacks varían entre 5 y 10 dólares. Los jugos cuestan $5.
Horarios
Desde las 7:00 am hasta las 9:00 pm. De lunes a lunes.
Ubicación
Tiene 2 sedes: una en la 3ra Transversal de Los Palos Grandes, frente a El Cocuyo. La segunda en La Castellana, en la Av. Mohedano, al lado de Arepa Caracas.
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The Veggies
Foto Ezequiel Carias
«Nuestra misión y objetivo principal es educar a la población y estimularla a convertirse en personas vegetarianas y veganas», señaló una de sus trabajadoras. «El restaurante es más ovolactovegetariano (sus comidas pueden incluir lácteos y leche), pero también nos inclinamos por el veganismo».
El propietario es asiático. Por eso la comida es 100% taiwanesa con toques criollos pues la idea fue, es y será fusionar lo que ofrece la gastronomía de Venezuela con la de Taiwán. «Viene mucha gente sobre todo por los precios», destacó la empleada que no quiso dar su nombre.
Plato principal: arroz salteado con berenjena agridulce, croquetas y lumpias | Foto Ezequiel Carías
«Nuestro menú de asado negro está hecho a base de harina de garbanzo y gluten. Es muy similar a la carne animal, pero sin serlo. Nuestro plato principal es el arroz salteado con berenjena agridulce, croquetas y lumpias», añadió. «Las croquetas están hechas a base de repollo, harina, zanahoria y cebolla. Algunos las confunden con croquetas de pollo. Nadie lo sospecha; incluso entre niños y adultos, se van con la idea de que comieron carne animal», recalcó.
Sus platos incluyen hongos cabeza de mono, carne de soya, tofu, garbanzos glaseados o tradicionales, pasta de arroz, curry, germinados chinos, entre otros. Entre los postres ofrecen algunos tradicionales como el quesillos y galletas horneadas a base auyama, zanahoria, plátano. Sus jugos son 100% naturales además de incluirse un abanico de bebidas calientes como infusiones y té.
Horarios
Abiertos desde las 12 m hasta las 8:30 pm, de lunes a sábado.
Precios
Entre 5 y 10 dólares dependiendo del plato especial del menú.
Ubicación
Calle París, detrás del INTT, La California Norte.
Redes sociales
Foto Ezequiel Carías
Más vegetarianos que veganos
Hablar de restaurantes con propuestas 100% veganas en la ciudad limita la experiencia. Pero existen otros que ofrecen un diverso e interesante universo de opciones saludables y vegetarianas, entre los que destacan Manifiesto, ubicado en Los Chorros; Arazá, en Los Palos Grandes; Il giardino en La Castellana y El Almacén, en Los Palos Grandes.