Con el Domingo de Ramos se abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las palmas y de la entrada de Jesús a Jerusalén y la Liturgia de la Palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.
Contrario a lo que muchos piensan, las semanas empiezan el domingo y no el lunes. Por este motivo, el Domingo de Ramos comienza oficialmente la llamada Semana Mayor o Semana Santa.
Desde el Miércoles de Ceniza han transcurrido 40 días, tiempo llamado Cuaresma, en el cual los católicos preparan la conmemoración del sacrificio de Jesucristo como salvador y su triunfo sobre la muerte, es decir la resurrección.
¿Qué es el Domingo de Ramos?
El Domingo de Ramos es el sexto y último domingo de Cuaresma y el comienzo de la Semana Santa, un domingo del más alto rango.
Dado que este domingo es el comienzo de la Semana Santa, durante la cual los pecadores se reconciliaron, se le llamaba dominica indulgentioe, cormpetentium y capitilavium por la práctica de lavado y afeitado de la cabeza como una preparación física para el bautismo.
Durante los primeros siglos de la Iglesia este sacramento era conferido solemnemente solo en la noche del Sábado Santo.
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¿Por qué las palmas?
En algunos lugares de Alemania y Francia existía la costumbre de esparcir flores y ramas verdes alrededor de la cruz en el cementerio. Después de la recitación de la Pasión en la Misa, se traían palmas y esta cruz (en consecuencia, a veces llamada la cruz de palma) era envuelta y adornada con ellas para simbolizar la victoria de Cristo.
Las ramas de palma han sido utilizadas por todas las naciones como un emblema de la alegría y la victoria sobre los enemigos; en el cristianismo como un signo de victoria sobre la carne y el mundo.
Las palmas bendecidas el Domingo de Ramos se utilizan en la procesión del día, luego los fieles se las llevan a sus casa y las utilizan como un sacramental. Se conservaban en lugares prominentes en la casa, en los establos y en los campos, y se echaban al fuego durante las tormentas.
En los lugares donde no se pueden encontrar palmas, se utilizan ramas de olivo, de saúco, de abeto o de otros árboles. En Roma, se les distribuyen ramas de olivo a las personas, mientras que el clero lleva palmas con frecuencia secas y retorcidas en diferentes formas.
¿A dónde llegó Jesús?
De acuerdo con la organización All About Jesus Christ, en el más sencillo de los términos, el Domingo de Ramos es una oportunidad para reflexionar sobre la última semana de la vida de Jesús.
Jesucristo no negó la imagen que la multitud esperaba: el cumplimiento de las esperanzas de Israel de que sería su rey terrenal, destruyendo el gobierno romano. En lugar de eso, Jesús entró humildemente en Jerusalén para dar su vida en una cruz, salvando a la humanidad del pecado y de la muerte.
El Domingo de Ramos sirve como una preparación del corazón para la agonía de Jesús y la alegría de su resurrección.
¿Cómo se celebra el Domingo de Ramos?
Las ceremonias principales del día son la bendición de las palmas, la procesión, la misa, y, durante la misa, el canto de la Pasión. La bendición de las palmas sigue un ritual similar al de la misa.
En las ramas de las palmas del altar se colocan entre las velas en lugar de flores se utilizan habitualmente. En medio de los candeleros sobre el altar, se colocan ramas de palmas en lugar de las flores usadas de ordinario.
Las palmas a ser bendecidas están sobre una mesa al lado de la epístola o, en las catedrales, entre el trono y el altar. El obispo lleva a cabo la ceremonia desde el trono, el sacerdote en el lado de la epístola del altar.
El gradual contiene las palabras proféticas pronunciadas por el sumo sacerdote Caifás “que era necesario que un hombre muera por el pueblo”; y otro la oración de Cristo en el Huerto de los Olivos para que pasara ese cáliz; también su exhortación a los discípulos a velar y a orar.
El evangelio, tomado de San Mateo 16, 1-9, describe la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén cuando el pueblo cortaba ramas de los árboles y las tendían a su paso. A continuación sigue un discurso, un prefacio, el Santo y el Benedictus.
En las cinco oraciones que se dicen luego el obispo o el sacerdote piden a Dios que bendiga a las ramas de palma o de olivo, que sean una protección a todos los lugares a los que sean llevadas, que la mano derecha de Dios expulse todas las adversidades, bendiga y proteja a todos los que habitan en ellos, que han sido redimidos por Jesucristo.
El sacerdote oficiante rocía las palmas con agua bendita, las inciensa, y, después de otra oración, las distribuye.
Luego sigue la procesión del clero y el pueblo, que llevan las palmas benditas, entretanto, el coro canta las antífonas Cum appropinquaret, Cum audisset y otras. Todos marchan fuera de la iglesia. Al regreso de la procesión dos o cuatro cantores entran a la iglesia, cierran la puerta y cantan el himno Gloria, laus, que es repetido por los de fuera. Al final del himno el subdiácono toca la puerta con el báculo de la cruz, se abre la puerta y todos entran cantando Ingrediente Domino.
Se celebra la misa, cuya característica principal es el canto de la Pasión según San Mateo, durante la cual todos tienen las palmas en sus manos.