Como es bien sabido, los cromosomas X y Y son los que determinan el sexo biológico de una persona. De tal forma que, las mujeres tienen dos cromosomas X, mientras los hombres poseen un cromosoma X y uno Y.
Recientes investigaciones han demostrado que, con el paso de los años, la mayoría de los varones van perdiendo el cromosoma Y de las células sanguíneas. Esto sucede por un error cuando las células madres se dividen.
Aunque documentos anteriores ya advertían de la pérdida del cromosoma Y, un estudio de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, y la de la Universidad de Uppsala, en Suecia, encontró las causas y los efectos que tiene dicha mutación en la esperanza de vida de un hombre.
El investigador de la Universidad de Virginia, Kenneth Walsh, explica que la pérdida del cromosoma Y hace que el músculo cardíaco de los hombres cicatrice. Eso puede provocar insuficiencia cardíaca. De allí que, en promedio, las mujeres en Estados Unidos vivan cinco años más.
«Particularmente después de los 60 años, los hombres mueren más rápidamente que las mujeres. Es como si biológicamente envejecieran más rápido. Los años de vida perdidos debido a la desventaja de supervivencia de la masculinidad son asombrosos», destaca el experto en un artículo de la página de la institución educativa.
Aunque la pérdida de cromosomas Y no es hereditaria, sí afecta directamente la salud del género masculino. Según la evidencia científica, esta mutación multiplica por tres las probabilidades de sufrir Alzhéimer y aumenta el riesgo de problemas cardíacos y del sistema inmune.
En general, la pérdida favorece la aceleración de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. De hecho, los científicos encontraron que a mayor pérdida del cromosoma Y, mayor es el riesgo de muerte prematura.
«Este factor genético puede explicar más de 75% de la diferencia en esperanza de vida entre hombres y mujeres de más de 60 años», asegura Walsh.
Así las cosas, si bien es cierto que los caballeros viven menos que las mujeres porque fuman o beben más y porque son más propensos a cometer actos temerarios, se ha demostrado que la genética empieza a formar un papel fundamental en la longevidad después de los 60 años.
«Por ahora hemos demostrado que el cromosoma Y no es un basurero genético que solo servía para la reproducción. También es importante para la salud», expresa Lars Forsberg, investigador de la Universidad de Uppsala.