El ejercicio regular protege el sistema cardiovascular y previene enfermedades del corazón ya que reduce los factores de riesgo como el colesterol y la presión arterial.
Un estudio reciente examinó cómo el ejercicio afecta la actividad de la médula ósea que puede convertirse en cualquier tipo de glóbulo. También analizó los glóbulos blancos, llamados leucocitos, los cuales promueven la inflamación y se pueden alojar en las arterias desencadenando problemas cardíacos.
El cuerpo necesita leucocitos para defenderse de las infecciones y eliminar cuerpos extraños. «Pero cuando estas células se vuelven demasiado celosas, comienzan a inflamarse en lugares donde no deberían, incluidas las paredes de las arterias», explicó el estudio.
Basado en esto, los investigadores realizaron pruebas en dos grupos de ratones. Al primero lo sometieron a ejercicio físico constante en una rueda giratoria y, al otro, a un estilo de vida sedentaria.
El experimento comprobó cómo un estilo de vida sin ejercicio aumenta la producción de leucocitos, los cuales se relacionan con las enfermedades del corazón. El equipo también detectó altos niveles de leptina y leucocitos en humanos sedentarios que tienen enfermedades cardiovasculares.
«Este estudio identifica una nueva conexión molecular entre el ejercicio y la inflamación que tiene lugar en la médula ósea», explicaron. «Este trabajo agrega una nueva pieza al rompecabezas de cómo los estilos de vida sedentarios afectan la salud cardiovascular y subraya la importancia de seguir las pautas de actividad física», añadieron.
Con los resultados se demostró la importancia de la actividad física regular, y se demuestra cómo el ejercicio amortigua la inflamación, lo cual podría conducir a nuevas estrategias para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. «Esperamos que esta investigación dé lugar a nuevas terapias que aborden la enfermedad cardiovascular desde un ángulo completamente nuevo», concluyó Nahrendorf.