Resulta sorprendente que el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo haya sido observado en más de 1.500 especies animales, abarcando una amplia gama de grupos taxonómicos. Estas especies incluyen desde invertebrados -como insectos, arañas, equinodermos y nematodos- hasta vertebrados -como peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos-. Se trata de un fenómeno que desafía las explicaciones convencionales de la reproducción y plantea importantes interrogantes sobre su función y evolución en el mundo natural.
Quizá por eso ha atraído la atención de diversas disciplinas académicas, entre las que se incluye la zoología y la biología evolutiva. El comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo se define como cualquier conducta momentánea, que normalmente se realiza con un miembro del sexo opuesto, pero que, en su lugar, se dirige hacia individuos del mismo sexo. A pesar de no contribuir directamente a la reproducción, este tipo de comportamiento sexual representa un misterio desde una perspectiva evolutiva.
Nuestro grupo de investigación ha explorado la evolución del comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo en mamíferos en un estudio que acaba de publicarse en la revista Nature Communications.
El comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo parece ser una tendencia común en los mamíferos. Hasta ahora se ha registrado en aproximadamente 5% de las especies y 50% de las familias, y lo practican con similar prevalencia machos y hembras.
Según los datos disponibles, este comportamiento no se distribuye aleatoriamente entre los linajes de mamíferos, sino que tiende a ser más prevalente en algunos grupos, especialmente en los primates, donde se ha observado en al menos 51 especies, desde lémures hasta simios.
En algunas especies ese comportamiento es ocasional y se manifiesta solo en circunstancias muy específicas. Sin embargo, en 40% de las especies el comportamiento homosexual es una actividad moderada o incluso frecuente durante la temporada de apareamiento.
Estos hallazgos despiertan preguntas fascinantes sobre la biología y evolución de la sexualidad en el reino animal.
Una forma de reforzar relaciones sociales
Nuestro estudio ha hecho un descubrimiento intrigante al revelar vínculos significativos entre el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo en mamíferos y sus patrones de comportamiento social.
Nuestro análisis constató que las especies que exhiben comportamiento social más desarrollado, tanto en machos como en hembras, tienen una mayor probabilidad de manifestar estas interacciones sexuales entre individuos del mismo sexo. Estos resultados apoyan la hipótesis de que esta conducta sexual se ha visto favorecida evolutivamente como una forma de establecer, mantener y reforzar relaciones sociales que pueden aumentar los vínculos y la alianza entre miembros de un mismo grupo.
Este análisis comparativo filogenético también halló una relación entre esta conducta sexual y la violencia intrasexual -entre individuos del mismo sexo-, pero solo en el caso de los machos. Las especies cuyos machos son más violentos tienen mayor probabilidad de que dichos machos exhiban este comportamiento sexual durante algún momento de su vida.
El estudio sugiere, por tanto, que el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo exhibido por mamíferos no humanos es una adaptación que desempeña un papel importante en el mantenimiento de las relaciones sociales en ambos sexos y la mitigación de los conflictos principalmente entre machos.
Cuidado con extrapolar a seres humanos
En cualquier caso, enfatizamos la necesidad de cautela, pues estas asociaciones podrían deberse a otros factores. Además, los resultados no excluyen otras hipótesis sobre la evolución del comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo, que requieren más investigación.
También es importante señalar que los resultados no deben utilizarse para explicar la evolución de la orientación sexual en los seres humanos. Esto es debido a que el estudio se centró en el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo definido como cortejo a corto plazo o interacciones de apareamiento, en lugar de como una preferencia sexual más permanente.
Por último, debemos tener en cuenta que el comportamiento sexual solo se ha estudiado detenidamente en una minoría de especies de mamíferos. Esto implica que nuestra comprensión de la evolución del comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo en los mamíferos podría cambiar a medida que se investiguen más especies en el futuro.
José María Gómez Reyes, Chair professor, Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA – CSIC); Adela González Megías, , Universidad de Granada y Miguel Verdú, , Universitat de València
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.