Algunas personas son resistentes a la depresión y la anhedonia, uno de sus síntomas principales que se caracteriza por la incapacidad de sentir satisfacción. Los científicos descubrieron qué cambios en la neurotransmisión pueden explicar esta inmunidad intrínseca a la depresión.
La nueva investigación en ratas susceptibles a la anhedonia y a la depresión demostró cómo estos animales poseen más neuronas de serotonina después de estar expuestas al estrés crónico.
Para medir la susceptibilidad a la anhedonia, entrenaron a ratas para activar un electrodo que estimulaba los circuitos de recompensa en su cerebro. Las ratas experimentaron estrés social una vez al día y luego se les dio acceso a la autoestimulación 15 minutos después.
En ratas susceptibles a la anhedonia, el estrés aumentó drásticamente la intensidad de la estimulación necesaria para sentir placer, mientras que tuvo poco efecto en las ratas resistentes.
En comparación con las ratas resistentes, las susceptibles tenían más neuronas de serotonina. Estas se encontraban en un área del cerebro involucrada con la regulación del estrés y la recompensa.
Este aumento se debe al reclutamiento de neuronas de señalización que no son serotonina. Cuando los investigadores activaron neuronas en la amígdala central para evitar el aumento de serotonina, las ratas experimentaron efectos reducidos por el estrés social.
Comprender la huella molecular de la susceptibilidad a la depresión podría conducir a tratamientos que induzcan la resistencia frente al estrés crónico.