La piometra es una peligrosa enfermedad que ataca las mascotas hembras mayores de cinco años que no fueron esterilizadas. El padecimiento se caracteriza por la acumulación de secreciones y pus en el interior del organismo, las cuales salen a través de la vagina y la vulva.
Ese padecimiento se considera una urgencia veterinaria que afecta sobre todo las gatas y las perras. Aunque no existe causa para el desarrollo de la piometra, la peligrosa enfermedad está relacionada con una infección bacteriana debido a una alteración metabólica de la progesterona al nivel del útero.
Uno de los factores que ayudan a la producción de la piometra es el uso de progestágenos y estrógenos. El útero disminuye sus mecanismos de defensa cuando la progesterona se acumula en altos niveles en la sangre, lo que facilita la presencia de las bacterias.
Los principales síntomas que presenta la mascota son baja del estado de ánimo, apatía y cambios de comportamiento. En caso de tratarse de una piometra abierta, el animal presentará secreción vaginal sanguinolenta.
Entre otros síntomas estará el aumento en las ganas de orinar, tomar mucha agua, diarrea y distensión abdominal. Si no se toman medidas y se visita al veterinario puede ocurrir shock, septicemia, toxemia, insuficiencia renal, peritonitis e incluso la muerte.
Para que los veterinarios comprueben la piometra deben efectuar un examen clínico y una recolección de antecedentes. También se pueden hacer ecografías, radiografías o un frotis vaginal para confirmar la enfermedad.
Para tratar el mal es necesario extirpar los ovarios y el útero de la mascota, así se evita que la infección avance y se complique el pronóstico. Además de la operación, se debe empezar un tratamiento con antibióticos para combatir la infección satisfactoriamente.