Entre las mujeres jóvenes sin diagnóstico de trastornos alimenticios, aquellas que usan píldoras de dieta y laxantes para controlar el peso tenían mayores probabilidades de padecerlos en el plazo de uno a tres años. Así concluye un estudio de investigadores de la Harvard TH Chan School of Public Health y el Boston Children’s Hospital, publicado en el American Journal of Public Health.
«Supimos que las píldoras de dieta y los laxantes, cuando se usan para controlar el peso, pueden ser sustancias muy dañinas. Queríamos averiguar si estos productos podrían ser un comportamiento de entrada a un diagnóstico de orden de alimentación», explica el autor principal S. Bryn Austin, profesor de la Escuela Harvard Chan.
«Nuestros hallazgos son paralelos a lo que sabemos que es cierto con el tabaco y el alcohol. El consumo de sustancias nocivas puede ayudar a los jóvenes a empeorar los problemas. Entre ellos el trastorno grave por abuso de sustancias», añade.
Los proveedores de atención médica no recomiendan el uso de píldoras de dieta o laxantes de venta libre como una forma saludable de controlar el peso. Estas pueden tener graves consecuencias para la salud. La presión arterial alta y daño hepático y renal son unos ejemplos.
El estudio
Los investigadores analizaron datos de 10.058 mujeres y niñas de 14 a 36 años de edad. Ellas participaron en el Estudio Growing Up Today, con sede en Estados Unidos, de 2001 a 2016.
Descubrieron que entre las participantes sin un trastorno alimenticio, 1.8% de las que usaron píldoras de dieta durante el año pasado informaron haber recibido un primer diagnóstico de trastorno alimenticio durante los próximos uno o tres años en comparación con el 1% de las que no usaron los productos.
También encontraron que entre estas participantes, 4.2% de las que usaron laxantes para el control de peso recibieron un primer diagnóstico posterior de trastornos alimenticios en comparación con el 0.8% de las que no usaron estos productos para controlar su peso.
Los investigadores piden, en consecuencia, políticas que restrinjan el acceso a estos productos. Una de ellas, la prohibición de la venta de píldoras de dieta a menores. Escriben que el uso de estos productos para el control de peso puede servir como una puerta de entrada a prácticas alimenticas más desordenadas. Esto porque afectan la función digestiva normal y fomentan la dependencia de métodos de afrontamiento poco saludables e ineficaces.
«Nuestros hallazgos son una llamada de atención sobre los graves riesgos de estos productos. Instagram recientemente dio un paso en la dirección correcta al prohibir los anuncios a menores de edad para las píldoras de dieta de venta libre y los tés desintoxicantes, que a menudo son laxantes», destaca el primer autor Jordan Levinson, asistente de investigación clínica en el Boston Children’s Hospital.
«Es hora de que los minoristas y los responsables políticos tomen en serio los peligros de estos productos y tomen medidas para proteger a los jóvenes», alerta.