La despedida del enfant terrible de la moda francesa, Jean-Paul Gaultier, fue este miércoles momento en el que por todo lo alto dijo adiós a las pasarelas con un espectacular desfile en París.
Cuando un evento cuenta con Gaultier no hay lugar para la tristeza. Lejos del llanto, el desfile acabó siendo una celebración de 50 años dedicados a la creación de su estética y actitud.
«He tenido la suerte de poder hacer lo que me gustaba», dijo el diseñador. Ni siquiera él lloró, como pensaba que haría al ver a todos sus amigos reunidos. Entre ellos las actrices Dita von Teese o Rossy de Palma, que desfilaron respectivamente con un traje lencero y con un tutú negro compuesto de abanicos.
Desde las butacas del teatro, la lista de figuras de la industria que acudieron para rendir homenaje al creador parecía no acabar. Desde Anne Wintour, la respetada directora de Vogue USA, pasando por modelos y ex modelos.
Un modelo para los diseñadores
«Una historia se acaba con esta última colección de alta costura que pierde al que probablemente sea el costurero más talentoso de su generación. Ha sido un modelo para mí, estoy muy emocionado», dijo Ghesquière, actual director creativo de Louis Vuitton.
Conociendo la entrega que Gaultier pone en sus espectáculos, las expectativas del público en París eran muy altas. Se rumoreaba, incluso, que asistiría su mentor, Pierre Cardin, de 97 años de edad, con quien Gaultier empezó en 1970, con 18 años de edad.
Gaultier creó su marca seis años más tarde y en los ochenta revolucionó la moda introduciendo las bases que hoy forman parte de la rutina de muchas marcas. Acabó con los géneros, mezcló los sexos poniéndole faldas y corsés a los hombres, subió a la pasarela lo que veía en la calle, mujeres tatuadas y actores.
Fiel a sus raíces
Por eso la colección alta costura primavera-verano 2020, presentada este miércoles, fue una selección de los mejores éxitos y de las que han sido sus grandes obsesiones, entre ellos los vaqueros, los corsés, el estilo marinero, la androginia, etc.
El desfile, que contó con 120 modelos, comenzó como un sepelio: todos en negro veían bajar por unas escaleras un ataúd llevado a hombros por varios modelos masculinos.
Pero el sarcófago tenía dos pechos cónicos por delante y los modelos lo llevaban a ritmo de samba. Finalmente, una modelo salió del ataúd con un vestido corto y blanco de falda abombada. El mensaje no podía ser más claro: esto no se acaba aquí.
Colección de reciclaje
La larguísima línea, según Gaultier, fue su primera colección de alta costura de reciclaje. «He abierto los cajones, he recuperado mis antiguas colecciones, todo lo que encontré en viajes al mercadillo, para hacer confeti y reutilizarlo», explicó.
Las piezas hablaban de Gaultier y de su romance con la moda, que no acaba aquí.
«Voy a continuar la alta costura con un concepto que estoy poniendo en marcha y que anunciaré dentro de poco. Haré exposiciones, espectáculos, me dejaré guiar por nuevas aventuras», dijo a la prensa.
Mientras los modelos más jóvenes del desfile se acercaban a despedirse de él y le pedían un selfie, Gaultier reconocía que en la decisión influyó también el cambio de la industria.
«La moda ha cambiado, el sistema ha cambiado. Prefiero acabar aquí habiendo hecho algo alegre. Me sigue gustando la moda, pero hay más cosas que la moda», señaló el modista. El diseñador solo tenía una petición para sus admiradores: «¡Gracias por estos 50 años y diviértanse!».
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