Pablo Escobar
Édgar Jiménez Mendoza, El Chino, siguió de cerca la vida del capo y también fue su amigo. Fotos: Archivo EL TIEMPO

Sin importar sus atroces crímenes, la historia de Pablo Escobar sigue despertando la curiosidad de locales y extranjeros.

Cada serie, película o libro que involucra al protagonista de una de las épocas más oscuras de Colombia tiene audiencia asegurada y por eso cada revelación de lo que sucedió en aquellos años sigue llamando la atención.

Este es el caso de la historia de Édgar Jiménez Mendoza, conocido como el Chino, quien fue el fotógrafo personal de Pablo Escobar Gaviria y de su familia.

La vida íntima de Pablo Escobar bajo el lente del Chino

Pablo Escobar llegó al Congreso con el respaldo de Alberto Santofimio Botero y su movimiento de Renovación Liberal. Foto: Archivo EL TIEMPO

Édgar Jiménez Mendoza fue amigo de Escobar desde sus años de bachillerato en el Liceo Antioqueño, como narró el propio Chino al escritor Alfonso Buitrago Londoño.

A pesar de que perdieron contacto cuando el que se convertiría en el narcotraficante más buscado del mundo perdió un año, a finales de los años setenta se reencontraron.

Desde entonces se convirtió en el «narcofotógrafo», como le conocían. Fue casi que la sombra de Escobar: su lente captó muchos momentos de la vida del capo.

«Tengo infinidad de fotos porque yo le tomaba las fotos a toda la familia, en todo tipo de compromisos, bautizos, 15 años, fiestas de Navidad. Tengo fotos de Manuela, de Juan Pablo y de toda la familia. Todas son inéditas», contó Jiménez en entrevista con Caracol Radio en 2021.

En ese espacio, Jiménez compartió algunas anécdotas de lo que vivió con Escobar, como la celebración de uno de sus cumpleaños que tuvo lugar en la Hacienda Nápoles y de la cual quedó una fotografía en la que la cabeza del cartel de Medellín dormía plácidamente mientras sus allegados celebraban en el piso de abajo.

«Éramos amigos, yo había llegado a tomar unas fotos del zoológico y estábamos enfiestados en la finca el 30 de noviembre, hasta que Pablo se fue a dormir, él no bebía, jamás en mi vida lo vi alicorado. Él se tomaba una cerveza máximo y eso era todo», narró en su momento.

Cuando subieron para felicitarlo en la madrugada, Ligia Urquijo de Escobar, su cuñada, se sentó al borde de la cama.

Esa es una de las imágenes que capturó Jiménez en la cotidianidad y privacidad a la que ningún otro fotógrafo tenía acceso.

Así tiene cientos de registros, a pesar de que en un incendio provocado por los pepes perdió los negativos de varios recuerdos.

Sobre la propiedad de este material, aseguró que es suyo y que nadie de la familia se lo ha solicitado, incluso mencionó a la viuda de Escobar, Victoria Eugenia Henao.

«De Victoria Eugenia conservo muy buenos recuerdos y la verdad le guardo mucho afecto», afirmó.

El Chino, el fotógrafo de Escobar

El periodista Alfonso Buitrago encontró en Édgar Jiménez Mendoza, el Chino, una figura muy particular.

Por eso publicó el fotolibro El Chino: la vida del fotógrafo personal de Pablo Escobar, en el que se encuentran más detalles de su trabajo y su vida.

Y es que además de haber sido el fotógrafo de Escobar y de su círculo cercano -un dato no menor- también fue pionero en la fotografía pornográfica en el país.

El Chino creó y editó, hace cuarenta años, cerca de quinientos números de una de las primeras revistas pornográficas de Colombia, llamada Cuerpos.

También estuvo en la Alianza Nacional Popular (Anapo) y en una célula clandestina del M-19; tiene fotos del general Gustavo Rojas Pinilla y hasta fue cercano a desmovilizados del Ejército Popular de Liberación (EPL).

Con su experiencia en política aportó a la campaña de Pablo Escobar con los movimientos de Renovación Liberal y Alternativa Popular, donde conoció a Virginia Vallejo, la periodista que fue amante del narcotraficante.

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