Un niño de 5 años de edad llamado Xiao Wu de la provincia de Guizhou, en el sur de China, se tragó hasta 123 bolitas magnéticas. Al parecer, el pequeño se las metió en la boca mientras veía la televisión en compañía de su hermana de 12 años, quien estaba a cargo de cuidarlo.
Los padres de Wu los dejaron solos por unos momentos. Ambos hermanos comenzaron a ver la televisión, en específico, el Guiyang Evening News. Cuando los padres llegaron, Wu les dijo que no podía respirar. Al ser cuestionado sobre lo que había pasado el niño admitió haber ingerido una bolita magnética, aunque en realidad eran decenas.
Los padres lo llevaron al hospital. El primer médico que inspeccionó a Xiao Wu le dijo a sus progenitores que no debían preocuparse, ya que la bola sería expulsada de forma natural al cabo de unos días. Pero una semana después los padres del pequeño se dieron cuenta de que la bolita no había salido.
Fue entonces cuando lo volvieron a llevar al hospital. Luego de realizarle una radiografía, los profesionales sanitarios se dieron cuenta de cuántas bolitas magnéticas eran en realidad.
El doctor Chen Wanwei, que estuvo al frente de la operación, relató que rompieron dos instrumentos quirúrgicos mientras realizaban un «procedimiento difícil», indica el Daily Mail.
También explicó que la intervención quirúrgica duró más de cuatro horas y se tuvo que usar un equipo especializado de gastroscopia.
Chen Wanwei, subdirector del Centro de Gastroenterología Endoscópica del hospital, afirma que si no se hubiera realizado la cirugía a tiempo el niño hubiese corrido un grave peligro. Señaló, además, que las bolitas podrían haber provocado una perforación intestinal. Por suerte, este no fue el caso y el pequeño se está recuperando de forma favorable.
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