El país con mayor esperanza de vida es Japón y mucha culpa de ello lo tiene el estilo de vida de sus ciudadanos que llevan una cuidada alimentación combinada con ejercicio físico. Uno de esos alimentos que forman parte de la cultura japonesa y que es un desconocido en España es el natto, unas habas de soja consideradas un superalimento que se elabora fermentando soja con Bacillus subtilis, una bacteria que se encuentra en las plantas y en el suelo y que suele ser clave en el desayuno de los japoneses.
Diferentes estudios han probado losbeneficios para la salud del natto, un alimento rico en vitamina K2, que se ha mostrado prometedor para mitigar las enfermedades cardiovasculares al mejorar la flexibilidad arterial y modular las respuestas inflamatorias. Sin embargo, la razón por la que el natto suprime la arteriosclerosis no se había demostrado hasta ahora que un equipo de investigación ha evaluado sistemáticamente su impacto en la aterosclerosis en un modelo de ratón a lo largo del tiempo.
Los hallazgos revelaron una reducción significativa de las lesiones ateroscleróticas tras el consumo de natto. Además, su ingesta alteró la composición de la microflora intestinal, regulando la producción de citocinas y quimiocinas asociadas con la arteriosclerosis.
Esto sugiere que la incorporación de natto a la dieta puede tener un efecto terapéutico sobre la arteriosclerosis, una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación de lípidos y células inflamatorias dentro de las paredes de los vasos sanguíneos, causa enfermedades cardiovasculares, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Microflora intestinal
Además, el estudio descubrió que la adición de Bacillus subtilis natto a los macrófagos, un tipo de célula implicada en la promoción de la arteriosclerosis, disminuía las citocinas y quimiocinas proinflamatorias. Estos hallazgos indican que Bacillus subtilis natto, además de su papel como bacteria intestinal, puede inhibir la aterosclerosis al alterar la microflora intestinal y suprimir la activación de las células inmunes.
Aunque se han probado los beneficios de este alimento típico del desayuno en la cultura japonesa el principal inconveniente es su olor, similar al amoníaco, y su textura viscosa.