La Semana de la Moda de Londres abrió este viernes, pero sin desfiles y sólo en línea, debido a la pandemia de coronavirus que está llevando a replantearse el evento y empujando más ampliamente a todo el sector a reinventarse.
Además de su formato 100% digital, esta Fashion Week, tradicionalmente dedicada a las colecciones masculinas primavera/verano del próximo año, se presenta ahora como «neutra en género» y plantea preguntas del tipo «¿cuál es el futuro de la moda?» o «¿cómo reescribimos las reglas?».
Las próximas semanas de la moda en la capital británica seguirán el mismo modelo, mezclando las colecciones para hombres y mujeres.
Pero este junio por primera vez no habrá pasarela. En su lugar, algunos diseñadores, como el dúo Jordanluca, presentarán sus colecciones en video, mientras que otros, como Hussein Chalayan, mostrarán su trabajo entre bastidores.
Todo el contenido estará disponible en línea gratuitamente, desde las entrevistas con los diseñadores, hasta las presentaciones de colecciones pasando por múltiples debates sobre cuestiones como el medio ambiente y el racismo.
«Se discutió mucho en las últimas semanas sobre la idea de reajustar los contadores, no sólo disminuyendo la velocidad sino también teniendo en cuenta el impacto en el medio ambiente», explica Caroline Rush, directora del British Fashion Council (BFC), que organiza el evento.
En medio de la indignación internacional por la muerte del afroamericano George Floyd, que fue asfixiado por un policía blanco en Estados Unidos, la industria de la moda también tiene la oportunidad de ser más abierta, más diversa, de hacer oír su voz en cuestiones como el racismo, afirma.
Como a muchos sectores, la pandemia de coronavirus también generó un duro golpe a la moda británica: según el BFC, 73% de las empresas de moda sufrieron cancelaciones de pedidos.
En 2019, la industria de la moda, que emplea a 890.000 personas, contribuyó directamente con 35.000 millones de libras (44.000 millones de dólares, 39.000 millones de euros) al PIB del Reino Unido, lo que supone un aumento de 9,4% con respecto a 2018.
Incluso antes de la epidemia de covid-19, los profesionales ya estaban preocupados por el posible impacto negativo del Brexit en este sector altamente internacional.
«La mayoría de nuestra industria no quería abandonar la Unión Europea, (…) ciertamente nos hemos beneficiado de la pertenencia a la UE, y es muy importante que, en la medida de lo posible, estos vínculos continúen», insiste ahora Rush.