La bailarina y cantante franco-estadounidense Josephine Baker fue, simbólicamente, la estrella invitada en el desfile Alta Costura de Christian Dior, que rindió con su colección un homenaje a una de las figuras más icónicas del París de los años 1920.
En una línea cargada de tonos beige y negros, en siluetas fluidas y rectilíneas de vestidos de flecos, lentejuelas, seda y terciopelo, la directora creativa de la firma, Maria Grazia Chiuri, mostró que la recuperación de figuras femeninas sigue en el centro de su trabajo en Dior.
La cantante de origen afroamericano que encarnó la modernidad, convirtiéndose en un icono del glamour del París cosmopolita de 1920 se coló además en el desfile gracias a los peinados de las modelos, que imitaban su pelo corto, engominado y con los rizos marcando el flequillo.
Un peinado tan icónico como su sonrisa y sus particulares vestidos, con los que ha pasado a la posteridad y ahora vuelve para marcar las tendencias de la colección Alta Costura primavera-verano 2023, en el marco de la Semana de la Moda parisina.
En 2021, la cantante fallecida en París, en 1975, se convirtió además en la primera mujer negra en entrar en el Panteón, destinado a honrar a los grandes personajes de la historia de Francia.
Con este desfile, Dior recuerda la figura de ensueño y ejemplo que fue Baker, pero también su energía, con vestidos muy pensados para el baile.
Los abrigos son una bata que protege a quien lo lleva en el camino que va del camerino al escenario. Los vestidos de terciopelo son una suave tela que cae sobre la modelo y marca el escote en espalda y pecho con un sencillo drapeado, y el satén y los bordados se convierten en los protagonistas de la noche.
El beige y el negro fueron los colores de la colección, con algunas degradaciones de oro y plata en los flecos de los vestidos de flecos.
Siluetas fluidas y colores neutros
Las siluetas más queridas por el fundador de la firma, Christian Dior, fueron revisitadas: el vestido del «new look» es ahora un conjunto camisero en una suerte de tejido metalizado, como una malla, con una marcada caída y transparencias.
También los trajes de sastrería son reinterpretados, esta vez en tejidos más masculinos y con el pantalón cortado a la altura del tobillo para dejar a la vista los tacones, con una imponente suela.
El decorado corrió a cargo de la artista afroamericana Mickalene Thomas, con quien Chiuri ya trabajó en el decorado de la colección Crucero 2020, presentada en Marruecos.
Thomas explora la celebridad y la feminidad cuestionando los cánones predominantes de la historia del arte, sobre todo a base de «collages» de pintura y fotografía.
Hoy, la nave instalada por Dior en los jardines del Museo Rodin de París estaba decorada por dentro con gigantescos «collages» bordados a mano por los talleres Chanakya y la Escuela de Artesanía Chanakya, y que reflejaban las fotografías de mujeres que rompieron barreras y prejuicios raciales.
Entre ellas estaban Baker, pero también la primera mujer afroamericana nominada al Oscar, Dorothy Dandridge, la cantante Nina Simone, o las «top model» Naomi Sims y Donyale Luna, entre otras.
«Estas mujeres rompieron numerosas barreras en el campo de la televisión, del cine, de la moda y del activismo social. Gracias a su determinación y sus sacrificios puedo realizar el trabajo que hago hoy y ser la artista que soy», señaló Thomas en un comunicado.
Entre los invitados al desfile destacaron el extenista Roger Federer, las actrices Kirsten Dunst y Anya Taylor-Joy y la cantante Jisoo.
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