Cada 16 de abril, celebramos el espíritu que impulsa a los emprendedores a generar una idea, desarrollarla y llevarla a cambiar al mundo.
Así, de una idea, nació Araguato. Llegó para dejar una huella en cada pisada de los venezolanos. Es la primera marca de medias de diseño en Venezuela, fundada por el abogado Andrés Álvarez, de 25 años de edad, y Tito Torras, de 27 años, comunicador social, ambos egresados de la Universidad Católica Andrés Bello.
Esta marca inicialmente surgió como una idea en común. Así lo dijeron los socios a El Nacional. «Al darnos cuenta de que si bien en nuestras áreas de trabajo a algunas personas les gustaba utilizar medias divertidas, la mayoría de las personas en el país se veían amarradas a un tipo de vestimenta en particular, impuesta por la sociedad».
Andrés Álvarez y Tito Torras, CEO de Araguato | Foto: Cortesía
Estos jóvenes encontraron en las medias un acto de rebeldía ante la cotidianidad. «Una manera más original de demostrar tu verdadera personalidad así tengas que usar un traje o algún uniforme en particular», aseguran.
Como todo emprendedor sabe, el camino para arrancar un negocio desde cero es difícil y por momentos solitario. No contar con una motivación suficientemente clara o importante puede hacer que las personas quieran rendirse sin ni siquiera haberlo intentado.
La motivación de Araguato
Venezuela es un territorio virgen de oportunidades. «Hay demasiadas áreas con muchas carencias pero a la vez, por las mismas circunstancias, existen muchas cabezas con ganas de emprender», dijo Andrés Álvarez.
Un día de noviembre del año 2018 estos emprendedores, orgullo nacional, se dieron cuenta del alcance que podían tener en el futuro próximo. «Había varias marcas de ropa con diferentes estilos, pero sorprendentemente ninguna ofrecía un elemento tan básico y elemental como son las medias con diseño. Inmediatamente nos pusimos manos a la obra y comenzamos con este sueño que hoy día es una realidad», manifestó Tito Torras.
Medias que aúllan | Foto: Cortesía
Y saben que su marca es una demostración y una manera de que las personas sean libres y auténticas. «Nos dimos cuenta de que nuestro entorno estaba sumergido en una burbuja donde se tenían que cumplir ciertos códigos de vestimenta. Básicamente, ser unos más del montón», detallaron.
Las ganas de ser diferentes los llevó a pensar «que nada ni nadie podía controlar usar medias divertidas. A partir de ese momento encontramos la manera de incluir ese toque de rebeldía tan necesario para marcar huella en el día a día».
Como venezolanos y latinos, necesitaban sentir al país, ellos deseaban que todos los que usaran sus medias se sintieran identificados con sus raíces. «Por eso quisimos que la marca tuviera un elemento en común entre varios países de Latinoamérica. De ahí surgió la idea de colocarle Araguato, también conocido como mono aullador por el sonido tan particular que emiten. Es imposible que un araguato pase desapercibido en cualquier hábitat, así como nuestras medias», explicaron.
Dificultades
Sin embargo, no todo ha sido fácil. Llegar a posicionarse y lograr el éxito que actualmente tienen implicó sacrificios y sobre todo organización. Su capacidad de adaptabilidad la ponen a prueba constantemente en un país con severa crisis económica.
Araguato comenzó sus operaciones el año pasado en medio de una crisis eléctrica que dificultaba invertir en el país. Pero eso no fue motivo para detenerse. El 16 de marzo de 2019, Álvarez y Torras lanzaron su primera colección al mercado. Esto los obligó a tener una estructura de gastos estricta para sus objetivos.
«Ocupar como marca líder un espacio vacío en Venezuela nos llevó a emprender desde el año pasado una carrera cargada de compromiso y horas de trabajo. La limitante de no contar con apoyo financiero, ni la facilidad de recibir crédito fue un aprendizaje para valorar cada centavo invertido», precisaron.
Actualmente Araguato cuenta desde el 1 de diciembre de 2019 con una tienda en el centro comercial Paseo El Hatillo | Foto: Cortesía
Resaltaron que en el inicio, los nuevos emprendedores encontraran dificultades pero a su vez una gran cantidad de satisfacciones. «Es una experiencia agridulce donde deberás cosechar para recoger los frutos en un futuro. La pasión por lo que haces, tener paciencia y contar con el apoyo de personas que crean en tu proyecto será fundamental para cumplir cualquier sueño que tengas en mente».
La buena noticia es que estamos ante las dos generaciones más emprendedoras de la historia. Los millennials y la Generación Z han dejado atrás la idea de que el máximo orgullo profesional solo se puede encontrar trabajando para una gran empresa. Estos jóvenes de entre 18 y 38 años de edad están apostando por crear negocios innovadores que incluso pueden cambiar al mundo.