MASCOTAS

Perrita murió abrazada a su dueño luego de sufrir un ataque de pánico por fuegos artificiales

por Avatar GDA | El Comercio | Perú

Magui, una perrita de avanzada edad, murió en los brazos de su dueño al no poder soportar los fuertes ruidos de los fuegos artificiales.

La mascota sufrió un ataque de pánico y su corazón se detuvo pocos minutos después. El hecho ocurrió el pasado fin de semana en la ciudad de Esquel, en Argentina, y generó indignación en las redes sociales, especialmente en Facebook.

Antonella Modasjazh, dueña de Magui, relató que su mascota era viejita y le tenía terror al ruido que causan los artefactos pirotécnicos. Aseguró que llamó a todos los veterinarios de la ciudad para recibir ayuda, pero ninguno la atendió.

«La perra murió en brazos de mi hijo mayor, rogándome que llamara otra vez a todos los veterinarios mientras yo trataba de comunicarme con alguno. Lamentablemente, la estamos llorando. Estamos con el corazón de mis hijos roto y el mío al no poder hacer nada. Por favor, dos cosas: pirotecnia cero y veterinarios, hagan urgencias», escribió en Facebook.

En la misma red social, la organización local Adopta, Esteriliza, Educa hizo eco de la triste noticia y expresó su repudio hacia los responsables de la muerte de Magui.

Tu diversión la aturdió, la aterró, le generó un pánico inexplicable. Tu diversión la mató. Magui falleció en brazos de su dueño. Su familia quedó desconsolada, angustiada, impotente ante semejante injusticia. Esta familia perdió un integrante, un valioso integrante. Su mascota, su amiga, su viejita. Manifestamos nuestro repudio a quienes causaron este dolor y nos solidarizamos con la familia de Magui en este duelo inesperado e injusto”, dijo.

Como era de esperarse, cientos de usuarios lamentaron la muerte de Magui y se manifestaron en contra del uso de pirotecnia antes, durante y después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

«Yo tuve la suerte de que estando con nosotros ninguna de mis mascotas entraba en pánico, pero sí se asustaba. Es horrible ver la desesperación en sus caras y no poder hacer nada. Qué gente inconsciente, un abrazo enorme a la familia y realmente lo siento mucho», escribió la usuaria Doyel Luparello.

«La mayoría de los veterinarios no atiende cuando los llamas, o lo primero que te insinúan es que la consulta sale tanto. Qué tristeza. Descansa en paz, angelito», reclamó Liliana Musta.

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