Cuidar de las mascotas es una gran responsabilidad. Como cualquier miembro de la familia, pueden sufrir algún accidente que requiera atención médica, entre ellos, la posibilidad de envenenamiento. Esto puede ocurrir no solo en la casa, sino también en momentos que salen del hogar e ingieren algo tóxico y no nos damos cuenta.
Al igual que en los humanos, existen tres formas de intoxicación:
– Vía cutánea: cuando el veneno entra en contacto con la piel, lo absorbe y penetra al organismo.
– Vía respiratoria: cuando la sustancia tóxica es inhalada e ingresa al cuerpo por medio de las vías respiratorias y pulmones.
– Vía oral: cuando la mascota ingiere el veneno o la sustancia tóxica que le provoca el envenenamiento.
Ante un posible envenenamiento se debe actuar con rapidez. Es importante contactar al médico veterinario para que le pueda indicar los primeros auxilios que se le puede brindar a la mascota y luego llevarla a la clínica veterinaria. Al momento de hablar con el médico veterinario se debe describir los síntomas que presenta y el posible veneno que provocó la intoxicación. Si posible guardar una muestra y la información de los ingredientes.
En caso de envenenamiento, no debemos darle a la mascota agua, comida, leche, aceites o ningún otro remedio casero, ya que podría empeorar la situación de la mascota. Si la intoxicación se da por contacto con las mucosas, la piel y los ojos se debe bañar con agua abundante la zona afectada para retirar el máximo posible de sustancia nociva.
Algunos de los venenos o las sustancias tóxicas más comunes son:
– Alimentos como chocolate, cebolla, ajo, uvas, chicles.
– Insecticidas, fertilizantes, venenos para roedores, pesticidas.
– Pinturas.
– Medicamentos para humanos
– Productos de limpieza del hogar como cloro, desinfectantes, detergentes y suavizantes.
– Animales venenosos como serpientes y sapos
– Hongos y plantas venenosas
– Bebidas alcohólicas
– Tabaco
Es importante saber que los síntomas de envenenamiento en una mascota dependerán de lo que el animal haya ingerido y pueden, asimismo, aparecer rápidamente o tardar algunas horas.
Los más comunes que deben alertarnos de cuando consultar al médico veterinario son:
– Vómito, diárrea, ansiedad, pupilas dilatas, temblores o convulsiones.
– Parálisis de alguna zona del cuerpo o cuerpo completo
– Desorientación
– Hiperactividad repentina
– Salivación excesiva
– Falta de coordinación de las extremidades
– Exceso de sed
– Irritación o brotes en la piel