En la quinta edición del Manual de enfermedades mentales se reconocen tres principales desórdenes alimentarios. Estos son el trastorno por atracón, anorexia nerviosa y bulimia nerviosa. El resto se clasifican como «otros desórdenes específicamente de alimentación».
Estos términos implican que los otros hábitos son malos para la salud, pero no cumplen con los criterios específicos para considerarse como uno de los desórdenes alimentarios. Estas son las otras condiciones que no entran en la catalogación de trastornos:
Orthorexia nerviosa
Existe una gran diferencia entre estar consciente de una dieta y dejar que la dieta controle la mente. Mientras que la anorexia y la bulimia se enfocan en las cantidades, la orthorexia se concentra en la calidad de la comida.
Aquellos que sufren de este trastorno se obsesionan con evitar ciertos alimentos que contienen muchos componentes, ya sean azúcares, sabores, pesticidas, grasas o demás.
Anorexia atlética
Esta es una anorexia que afecta principalmente a atletas. Los anoréxicos restringen sus alimentos, pero aquellos que tienen AA se obsesionan con el ejercicio para bajar de peso, y colocan especial atención en las cantidades calóricas.
El ejercicio compulsivo se ha relacionado con niveles altos de preocupación sobre el peso y la forma del cuerpo, los cuales resultan en una desatisfacción corporal y de autoestima.
Diabulimia
De acuerdo con una investigación del Diario de la Ciencia y Tecnología de la Diabetes, las mujeres con diabetes tipo 1 tienen 2,4 más probabilidades de desarrollar un desorden alimentario. Pero en lugar de restringir su alimentación, limitan su insulina.
Al hacer esto, los azúcares y las calorías son descartadas a través de la orina y, por ende, se sufre una pérdida de peso acelerada. Suena bien, pero este desorden pone en riesgo desarrollar infecciones y un coma diabético.
Pica, otro desorden alimentario
Muchos creen que es algo rarísimo, pero Pica, el desorden de comer cosas materiales como tierra o papel, realmente es un trastorno increíblemente común. Principalmente se ve en niños, y se calcula que entre 10% y 32% de los niños de 1 a 6 años de edad lo tienen.
Además, la condición es común entre mujeres embarazadas y aquellas personas que tienen deficiencia de hierro.
Obviamente el desorden es peligroso, de comer algo que no es comida, la persona podría terminar intoxicada u obstruyendo órganos importantes.