La crisis en Venezuela dificulta que la población pueda costear la canasta básica y más aún el cuidado de los animales. Ellos sufren la precariedad igual que sus dueños.
Beatriz Camacho, de 28 años de edad, estudia Arquitectura en Maracaibo, estado Zulia. Decidió adoptar a un perro de la calle que vivía cerca de su edificio.
“Se pueden gastar en Blanca unos 40 o 50 dólares mensuales”, dijo.
La joven decidió bautizar a su perro y costear todos los cuidados que necesite, según reseñó la Voz de América.
Camacho gastó en una semana cinco dólares en gotas para curar la enfermedad de su perro. A su vez, invirtió cuatro dólares en pastillas para los parásitos.
La joven aseguró que entre ella y sus tres hermanas, que migraron a Argentina, reúnen dinero para pagar las necesidades de Blanca.
Cuatro kilos de comida para perros puede llegar a costar 300.000 bolívares, el equivalente a dos sueldo mínimo.
Las tiendas para animales también sufren la crisis
Un comercio para animales en la avenida 8 de Maracaibo exhibe cajas de aceite para carros, junto con kilos de alimento para gatos. Los vendedores migran a otros rubros para poder mantener su productividad.
“Las cosas han cambiado, pero sí se nota todavía el esfuerzo de la gente por cuidar a sus mascotas”, señaló el encargado del comercio, Rivelino Landino.
Por otro lado, Doris Rubio, presidenta de la Asociación para la Defensa y Protección de los Animales, Asodepa, asegura que los dueños crean nuevas soluciones para poder alimentar a sus mascotas.
“Hemos visto de primera mano casos de personas que se las ingenian para alimentar a sus mascotas. Se mueven, se asesoran, buscan ayuda por todos lados”, dijo.
Rubio señaló que las entidades gubernamentales dejaron de velar por el resguardo de los animales de la calle y hace años que dejaron de llevar un registro oficial.
A pesar de que algunos dueños ven cada día la pérdida de peso de sus mascotas aseguran que no las dejaran abandonadas en las calles.