La hipertensión es una de las enfermedades crónicas más comunes en la sociedad actual. Es una afección en la que la presión de la sangre hacia las paredes arteriales es demasiado alta.
Cuando la presión arterial alta no se trata de manera correcta deriva en serias afecciones médicas. Entre las principales se destacan accidentes cerebrovasculares, enfermedades del corazón, insuficiencia renal, problemas en los ojos, entre otros.
Cada vez que el corazón late bombea sangre a los vasos que llevan la sangre a todas partes del cuerpo, es por ello que la presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias.
Se dice que cerca de 20% de las personas que padecen hipertensión desconoce sobre su condición; esta enfermedad silenciosa es una de las más peligrosas. Se destaca por síntomas fáciles de detectar entre los principales se encuentran: mareos, dolor de cabeza, palpitaciones en el pecho, sangrado nasal, cambios en la visión, náuseas, vómitos y confusión.
Está comprobado que la alimentación y los hábitos de vida de las personas influyen notoriamente en el control de este padecimiento, sobre todo se encuentra altamente benéfico el consumo de tomates.
El estudio
El Centro Médico de Soroka, en Israel, se realizó un estudio sobre los efectos del consumo del tomate y la hipertensión. Un dato curioso de este estudio es que se basó en un análisis sobre los italianos y su menor prevalencia a padecer hipertensión.
La prueba se hizo con pacientes hipertensos que durante cuatro semanas consumieron diferentes suplementos elaborados con tomate, el resultado fue una notoria mejoría.
El tomate se encuentra dentro de los alimentos estrella en cuestiones nutricionales y medicinales. Destaca, además, por ser una fruta con grandes bondades antioxidantes y un destacado aporte en vitaminas sobre todo A y C. También se distingue por su riqueza en minerales como el hierro y el potasio.
La información del estudio revela que el tomate contiene altos niveles de licopenos, los cuales se relacionan directamente con una buena salud cardíaca y también actúan protegiendo las paredes arteriales.
Esto se complementa con extraordinario aporte en hierro, mineral que influye de manera muy positiva en el buen estado de la sangre, a la vez su contenido en vitamina K que controla la coagulación.
Estos aspectos son indispensables para mejorar la circulación sanguínea y reducen el riesgo de padecer infarto de miocardio o accidentes cardiovasculares.
Actualmente existen numerosos estudios en el ámbito internacional que avalan que consumir tomate sin sal disminuye la presión arterial alta y los niveles desequilibrados de colesterol.
El consumo recomendado para que sus propiedades se hagan notar es de cuatro tomates al día, en diversas preparaciones. Una de las más recomendadas y sencillas de ejecutar es el jugo de tomate.