Un equipo de investigadores gallegos del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), el Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular e Enfermidades Crónicas da USC (CiMUS) y el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) evidenciaron, en ratones, que lactancia materna prolongada protege contra la obesidad en la edad adulta.
El trabajo, que acaba de ser publicado en la revista Nature Metabolism, fue dirigido por Luisa María Seoane. La investigación cuenta con la colaboración de grupos internacionales de Francia y Alemania. «Estamos muy satisfechos porque, por primera vez, describimos el mecanismo mediante el cual la lactancia materna protege frente al desarrollo de obesidad con efectos a largo plazo en la edad adulta», dijeron los expertos.
Los resultados obtenidos demuestran que las crías de roedores mantienen este efecto protector incluso expuestas a dietas con alto contenido calórico. Este fenómeno puede explicarse, según los autores, por la liberación de una proteína. Esta es conocida como factor de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21) desde el hígado, que puede llegar al hipotálamo. Esa región del cerebro desempeña un papel clave en el control del consumo y la utilización de energía en el organismo.
Una vez en el hipotálamo, el FGF21 activa los receptores de dopamina, un neurotransmisor con múltiples funciones biológicas. Esto, a su vez, conduce a una mayor actividad de la grasa parda, una grasa que quema calorías, y por tanto, ocasiona un mayor gasto energético.
Un logro sin precedentes
Antes se estudió ampliamente el impacto de la nutrición materna en la descendencia. Sin embargo, los mecanismos por los que la lactancia materna influye en el equilibrio energético a lo largo de la vida todavía no se conocían.
«Nuestro trabajo describe por primera vez la existencia de un mecanismo alterado por la lactancia materna con efectos permanentes hasta la edad adulta. Involucra tanto a órganos periféricos, como el hígado o tejido adiposo y al cerebro», enfatizó la investigadora principal del Ciberobn.
Es la primera vez que se describe este mecanismo y esto constituye un logro, los investigadores reconocen que se necesitan, sin embargo, investigaciones futuras. Se necesita determinar si estos efectos ocurren también en humanos a través de estudios clínicos. También se necesita comprender mejor los beneficios metabólicos a largo plazo de la lactancia materna.
El estudio forma parte de una línea de investigación del grupo iniciada en el año 2010 a través de un proyecto de investigación financiado por el Servicio Galego de Saúde (Xunta de Galicia). Se realizó en colaboración con distintos grupos de investigación del Hospital Universitario Clínico de Santiago, el CiMUS de la USC, el Centro Nacional de Investigación Cardiovascular (CNIC) y grupos internacionales de Lille y Marsella (Francia) y Lubeck (Alemania).